Hugo Penso Correa, Barranquilla (Colombia), 13 feb (EFE).- Desde hace 156 años el Carnaval de Barranquilla es la fiesta popular por excelencia en la que gente de todas las clases sociales se entrega a la diversión, el goce y el jolgorio, pero la pandemia cambió la manera de celebrar y este año los espectáculos pasaron de las calles al mundo virtual.
En el calendario estaba marcado este segundo fin de semana de febrero como el de la tradicional Batalla de Flores, la Gran Parada o el Carnaval de la 44, festejos que cada año llevan multitudes a las calles de Barranquilla, en el caribe colombiano, para presenciar el derroche de colorido y creatividad de los grupos folclóricos y la exuberancia de los disfraces de miles de artistas.
Sin embargo, en este 2021, la fiesta más popular de Colombia, la del lema «Quien lo vive es quien lo goza», tuvo que guardarse por primera vez en más de un siglo y medio y apoyarse en las tecnologías para pasar el trago amargo de la pandemia con la esperanza de volver el año próximo con todo su esplendor.
Este año tampoco se pudieron realizar las actividades previas a la maratoniana jornada de cuatro días que, desde el 20 de enero con la Lectura del Bando, marcaban el inicio de la temporada de precarnaval.
No hubo ni el Desfile de la Guacherna, ni Carnaval de los Niños y mucho menos coronación de la reina porque no hubo reina, ni tampoco Rey Momo, pero la fiesta no se apaga.
Para los organizadores del Carnaval, declarado en el 2003 «Obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad» por la Unesco, los artistas asumen la coyuntura actual para crear «nuevos espacios y experiencias, aprovechando la tecnología para vivir y disfrutar un carnaval diferente desde Barranquilla y desde cualquier parte del mundo».
FIESTA EN LAS PLATAFORMAS DIGITALES
Carla Celia, Directora de Carnaval S.A., empresa que anualmente organiza la fiesta, explicó que el de este año «será un Carnaval para promover el bienestar, el cuidado, el respeto y la responsabilidad a través de varios actos culturales transmitidos por múltiples plataformas digitales».
Indicó que todo el mundo podrá disfrutar de las actividades carnavalescas gracias las transmisiones de la televisión local y al «streaming» por las páginas web de la festividad, así como por distintas aplicaciones.
Con ese fin, durante esta semana se dieron cita en las instalaciones de un colegio de Barranquilla los diferentes grupos folclóricos que grabaron algunos de los especiales que serán transmitidos los días en los que tradicionalmente se realizaban los multitudinarios desfiles y conciertos.
Habrá un especial del Festival de Orquestas, otra una puesta en escena de grupos folclóricos, y una presentación de danzas ancestrales.
ADIÓS A LAS MULTITUDES
Según Carlos Sojo, quien durante más de tres décadas ha participado como organizador de las fiestas, además de las pérdidas económicas, para los músicos, bailarines y artistas en general, la «no presencialidad» se convierte en el principal reto para un festejo en el que tradicionalmente imperan las multitudes, en el que el contacto físico entre actores y público hace parte de su esencia.
«Cada año, en los diferentes desfiles durante los cuatro días, participan más de 750 agrupaciones de bailarines, músicos y disfraces y este año para los actos que se transmitirán virtuales solamente estarán unos 130, algo que indudablemente impactará en la percepción de quienes viven y gozan el Carnaval», dijo Sojo a Efe.
Para las autoridades locales es importante el papel que tienen los artistas en la reactivación del sector creativo de la ciudad, ya que el Carnaval es un referente de la llamada economía naranja, y por esa razón la agenda se extenderá durante todo el año para permitir la participación de los diferentes grupos en conciertos, bailes y otras actividades virtuales.
La secretaria de Cultura de Barranquilla, María Teresa Fernández, explicó que la virtualidad apunta a resaltar los aspectos que hacen del Carnaval un Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Angélica Ortega, directora artística de la comparsa de fantasía Dacana, considera que a pesar de las dificultades por la covid-19, el compromiso con las fiestas y la tradición los motivan a seguir vinculados a las celebraciones de este año.
Una de las particularidades que llama la atención de los artistas es que todos incorporaron este año a su vestuario los tapabocas, que de forma creativa combinaron con los vistosos atuendos.
UN ALTO EN LA HISTORIA
Por la pandemia de covid-19 el año 2021 es el primero en el cual se suspenden las actividades presenciales, en vivo y en directo del Carnaval que se celebra en Barranquilla desde 1865.
La Batalla de Flores, el más vistoso de los desfiles, apareció en 1903, cuando el país salía de la Guerra de los Mil Días y fue un símbolo de terminación del conflicto armado. Desde entonces se convirtió en protagonista del Carnaval con su colorido y alegre paso cada año por la Vía 40, al igual que la Gran Parada.
La única vez que se suspendieron los actos oficiales, mas no los desfiles populares, fue en 1947 cuando el sábado de Carnaval ocurrió un accidente aéreo en el que fallecieron varios integrantes de la sociedad barranquillera, entre quienes se encontraba el futbolista Romelio Martínez cuyo nombre fue perpetuado en un estadio de la ciudad.
Según datos oficiales, cada año en el Carnaval de Barranquilla se dan cita más de dos millones y medio de personas, entre locales y visitantes, para disfrutar de los festejos.
El paréntesis de este año por la pandemia será un duro golpe para las finanzas de la ciudad, la principal del Caribe colombiano, ya que el Carnaval mueve cada año más de 300.000 millones de pesos (unos 86 millones de dólares) que dejan los más de un millón de asistentes a los diferentes espectáculos masivos. EFE
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