Por Aury Parra | 21/05/2021.
Zlata Dunia Feldblum de Wasserstrom, nació antes de la Primera Guerra Mundial en Zhitomir (Ucrania), pero creció en Paris (Francia). En el año 1942, Dunia, junto a su esposo de ese momento, Ariel Ourisson, fueron deportados a Auschwitz, su número de tatuaje fue el 10.308, y en ese lugar fue obligada a ser la secretaria de los nazis, por ser políglota.
Durante años, Dunia trabajó en las oficinas del Politische Abteilung, siguiendo estrictas órdenes del personal de este campo de concentración. Ella se convirtió en la intérprete en el kommando para los idiomas: ruso, ucraniano, polaco, alemán, y francés.
Después de pasar varios años llenos de sufrimientos, castigos y humillaciones, Dunia logró escapar durante la marcha de muerte, justo el día de su cumpleaños, el 8 de enero de 1945, siendo liberada por el Ejército Rojo. Se convirtió en la única mujer sobreviviente del grupo de mil mujeres francesas que fueron enviadas a Auschwitz. Luego de todo esto, empezó a tratar de retomar la vida que tenía antes de esta terrible pesadilla, por lo que regresó a París y se casó con Severin Wasserstrom y emigraron juntos a México.
Teniendo en cuenta todo lo que tuvo que vivir, se convirtió en testigo clave para declarar en contra de sus jefes durante los juicios de Auschwitz, que, por cierto, se denominó de esa manera, pero no quiere decir que hayan sido en esa ciudad, sino que tomó este nombre debido a que se juzgó a los criminales de estos campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi en los territorios polacos.
Al revelarse todos estos testimonios por parte Dunia, sirvieron para que, Peter Weiss, utilizara parte de ellos en su obra teatral La Indagación, tiempo después salió Auschwitz y Nunca Jamás de Martín Rivas, frente a esto, Dunia decidió otorgarle los derechos de autor a las obras, pero con el compromiso de que por cada función se donara cierto porcentaje a una institución.
Luego de estar en México, Dunia tuvo un altercado con una joven que al final la terminó incentivando para que escribiera un libro, ya que habían muchas cosas sobre lo que ella vivió que la juventud desconocía. La creación de este libro tuvo una duración de tres años, libro en el que cuenta momentos en los que se sentía entre la vida y la muerte, situaciones en las que fue testigo de muchas injusticias y comenta las distintas experiencias que vivió.
En un fragmento de su libro, Dunia menciona que “Los libros que mis camaradas de nuestro kommando han escrito, deben servir como un libro de texto en todas las escuelas del mundo para que podamos decir que efectivamente los horrores que se describen en ellos son ciertos, y que NUNCA JAMÁS DEBEN PASAR DE NUEVO.”
Para Dunia fue muy difícil tratar de retomar su vida y dejar atrás el recuerdo de Auschwitz, pues luego de pasar cuarenta años, los recuerdos seguían intactos en su memoria. Pero aun así logró ser escritora, presidenta, directora y fundadora de distintas causas. Tiempo después, Dunia Wasserstrom falleció el 1 de octubre de 1991 en la Ciudad de México.