Fuente: Radio Nacional de Colombia
En el año 2004, el grupo de investigación “Derecho, Justicia y Región” (DEJURE) inició un proyecto pionero en Colombia: el “Observatorio de Justicia Regional de Nariño”.
Su quinta fase, desarrollada con el objetivo de estudiar las tendencias de los jueces en sus fallos, incorporó la perspectiva de género para identificar vulneraciones de los derechos de las mujeres en los procesos judiciales.
Los resultados de este proyecto, plasmados en el “Informe regional: Derechos Humanos de las Mujeres y Justicia de Género en Nariño”, revelaron un panorama preocupante. A pesar de los avances normativos en el respeto a los derechos de las mujeres en la Constitución Nacional, muchos jueces permanecían ajenos a este ordenamiento, justificando decisiones con argumentos discriminatorios.
La investigación destacó la existencia de sentencias desde una perspectiva de género, marcando un hito en la administración de justicia respetuosa de los derechos de las mujeres. Sin embargo, se identificaron imaginarios y criterios discriminatorios en las sentencias que perpetuaban desigualdades.
En 2012, como respuesta a estas problemáticas, surge la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia Basada en Género (UNAVI-VBG), una iniciativa respaldada por la Universidad de Nariño. Posteriormente, con el apoyo de USAID y CHECHI & CONSULTING COMPANY, se implementa la Clínica Jurídica Virtual con Enfoque de Género.
El 26 de noviembre de 2014, ante la necesidad de contar con fuentes de información confiables en asuntos de género, nace el Observatorio de Género de Nariño. Esta iniciativa universitaria cuenta con respaldo internacional, siendo reconocida como una de las mejores prácticas pioneras de género por la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.
El Observatorio, estrategia de gestión de información, emite informes estadísticos como las “cifras arcoíris” y “cifras Violeta”, que cuantifican la situación de la población diversa y la violencia de género, respectivamente. A pesar de los desafíos financieros, el Observatorio ha sido fundamental en la consolidación de políticas con perspectiva de género.
En su más reciente informe, correspondiente al año 2021, se evidencia la falta de financiación gubernamental, lo que obliga al Observatorio a buscar recursos de autofinanciación. A pesar de esta limitación, el trabajo ha continuado, recopilando datos que revelan la persistencia de la violencia de género, especialmente en municipios como Pasto.
El Observatorio ha liderado iniciativas significativas, como la creación de la Red de instituciones de educación superior por la igualdad de género y diversidad. Además, ha permitido realizar un diagnóstico de la situación de estudiantes en la Universidad de Nariño, impulsando medidas como las licencias de maternidad y paternidad estudiantil.
“Es una herramienta útil y muy eficaz para identificar la realidad que está viviendo el departamento en este tema de género, focalizando a la población mujer y LGBTI” afirma Adriana Valencia, quien hizo parte de La Dupla Violeta, una estrategia departamental creada por la Secretaría de Equidad de Género e Inclusión Social de la Gobernación de Nariño orientada en asistir a las Mujeres Víctimas de VBG en el departamento.
Por su parte, la oficial de la sub oficina Nariño de ONU Mujeres Colombia, Diana Carolina Hidalgo, Resalta la importancia de los observatorios de género: “Nos permiten realizar un diagnóstico completo de la sociedad y en este caso de la violencia contra las mujeres, ¿saber dónde ocurren?, ¿cuándo ocurren o cuáles son los días de mayor ocurrencia de casos de violencia contra las mujeres?, ¿cuál es el lugar más peligroso para las mujeres o cuáles son los aspectos más relevantes de los casos de violencia denunciados? Permite a las autoridades tomar acciones concretas frente a estas situaciones”.
De igual forma, el coordinador del Observatorio, Brayan Daniel Paspur, señala desafíos importantes, como la falta de continuidad en las secretarías de género e inclusión social y la ausencia de monitoreo específico para la población diversa. Además, “no han sido tomadas en cuenta por los tomadores de decisiones, pues la información se pierde en los empalmes entre las distintas administraciones” concluye.
El Observatorio de Género de Nariño ha sido un actor clave en la lucha contra la violencia de género en la región. A pesar de los desafíos financieros y administrativos, su labor ha permitido visibilizar la problemática, consolidar políticas con perspectiva de género y promover el diálogo interinstitucional en la búsqueda de soluciones integrales.