Por Maria Alejandra Tangarife Toro | 17/04/2021.
Cada vez está más cerca el 2030 y la tarea con la que muchos países se comprometieron fue con lograr cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU para dicha fecha.
Uno de ellos, el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Energía asequible y no contaminante tiene como metas garantizar el acceso a la energía moderna, aumentar el porcentaje global de energía renovable, duplicar la mejora en la eficiencia energética, invertir y facilitar el acceso a investigación y tecnología en energía limpia, y ampliar y mejorar los servicios energéticos para los países en desarrollo.
Desde hace 3 años, el Departamento Nacional de Planeación no hace seguimiento a los indicadores de Colombia que demostrarían qué tanto se ha avanzado para cumplir las mencionadas metas.
Así, para el 2018 se hizo la última medición; para dicho año se esperaba alcanzar la cobertura de energía en el 97.2 % de los hogares del país, pero se alcanzó el 96.5 %. También se esperaba para ese año aumentar el porcentaje de capacidad instalada para producir energía renovable hasta el 70.3 %, se logró aumentar hasta el 69.4 %.
Dado lo anterior, quiere decir que, además de que no se ha logrado del todo cumplir las metas a corto plazo, es más diciente el hecho de que no haya mediciones respecto a la inversión en el acceso a investigación y tecnología de energía limpia, por ejemplo. Así como el hecho de que los indicadores no se encuentren actualizados, por lo menos, al 2020.
Ante ese panorama, en el que la voluntad política no es la más comprometida con los planes que se trazan, es conveniente remitirse al papel ciudadano. Las prácticas cotidianas impactan el medio ambiente tanto como las agendas políticas y es necesario hacerle entender a las personas que cada decisión diaria puede mejorar o empeorar el planeta.
El concejal de Medellín e ingeniero civil, Daniel Carvalho, expresó que “lo más importante es la racionalidad en el consumo energético” y se refirió a la situación en una ciudad como Medellín en la que este recurso es abundante y no muy costoso, de lo que se desprende una cierta falta de conciencia respecto al ahorro energético.
Es allí donde queda una labor muy importante por hacer desde cada ciudadano o ciudadana, la de actuar activa y conscientemente en el día a día. Por una parte, estando pendientes del cumplimiento de agendas políticas, planes y proyectos que son responsabilidades de entes gubernamentales; por otra, creando hábitos sanos en cuanto a la reducción de consumo de energía.