Por Maria Alejandra Tangarife Toro | 3/04/2021.
El excesivo deseo de los seres humanos por acumular –más que generar– riquezas representa cada año un mayor desgaste en los recursos naturales. Las dinámicas de oferta y demanda en los mercados no deja de ser una cadena necesaria o medianamente funcional, sin embargo, cada producto o bien que se comercia tiene un valor ecológico más allá del monetario. ¿Por qué? por ejemplo, por la cantidad de agua invertida en ellos.
Cuando en el proceso de creación o manufacturación de un producto interviene el recurso natural del agua, a esa cantidad usada se le llama Agua Virtual. Detrás de cada prenda de ropa, juguete, empaque, hoja de papel, alimento, (entre otros productos comerciales) se esconde un peso ecológico importante que pocas veces se considera dentro del impacto medioambiental. Por ejemplo, la elaboración, distribución y comercialización de un elemento tan común como lo es un litro de leche implica la utilización de 1000 litros de agua.
A eso es a lo que se le llama Agua Virtual, en pocas palabras, la cantidad que se dispone de este recurso para la producción de los elementos comercializados. Esto no solo genera un importante consumo de agua en los países productores –y aún más durante las exportaciones– sino que además tiene una serie de costos sociales que muchas veces se ignoran, cuando los recursos son distribuidos y utilizados con poca equidad entre grandes empresas y pequeñas comunidades.
El ejemplo no solo se queda en el mencionado previamente de la producción de leche, sino que son muchos los artículos que le cuestan a las fuentes de agua dulce una gran cantidad de litros. Según estudios de la Universidad de los Llanos (Meta, Colombia), por cada kilo de trigo se necesitan 1000 litros de agua, por cada kilo de café tostado se requieren 21.000 litros (140 litros por taza), por 100 gramos de chocolate se necesitan 2.400 litros.
Por el lado textil, se afirma que para obtener 1 kilo de tela de algodón se requieren 11.000 litros de agua y explican además que “la producción de algodón evapora globalmente 210 billones de metros cúbicos de agua y contamina 50 billones de metros cúbicos. Esto representa el 3.5% del agua usada globalmente para los cultivos”.
La relación de nuestra especie con la naturaleza en el principio fue exclusiva y totalmente indispensable, pero ahora estamos más que lejos de aprovechar en lugar de explotar lo que de la tierra nace. Es cierto que la economía sirve para buscar medios que contribuyan a satisfacer necesidades de la especie humana, pero frente a un sistema duramente extractivista debe generarse más educación frente a la conservación de los recursos naturales, contando con que se logra, principalmente, a través de compras conscientes.