Víctor Martí, Barcelona, 14 jul (EFE).- El confinamiento por el coronavirus multiplicó durante varias semanas las imágenes de ciclistas entrenando desde casa, escenas que el fotógrafo Albert Gallego, artísticamente conocido como ‘Brazo de Hierro’, retrató mostrando la puesta a punto con rodillo en las denominadas ‘pain caves’ (‘cuevas del dolor’).
La historia de Gallego no es muy diferente a la de muchos españoles que, con la entrada en vigor del estado de alarma a mediados de marzo, se quedó sin proyectos.
“El último trabajo que tuve fue a finales de enero, cuando me fui a Mallorca con el equipo Movistar. Lo tenía todo lleno hasta finales de junio y, de repente, todo cayó, un proyecto tras otro. Se instauró el estado de alarma, no tenía trabajo a la vista y estaba cerrado en casa”, explicó en una entrevista con EFE.
De repente, este fotógrafo de publicidad especializado en ciclismo se encontró en una situación insólita en sus quince años de carrera: estaba sin trabajo.
Ante una situación límite, afloró la creatividad y, del entrenamiento con rodillo de ciclistas aficionados y profesionales ideó un proyecto fotográfico que tenía un doble reto: retratar una actividad poco estética a nivel fotográfico y hacerlo a distancia.
Las 21 fotos del proyecto, que se realizaron durante los meses que se alargó el confinamiento domiciliario a ciclistas profesionales como Iván García Cortina (Bahrain/McLaren) y Carlos Verona (Movistar Team), entre otros, las preparó de manera telemática.
“Desde casa les decía cómo tenían que hacer las fotos que yo necesitaba. La condición era hacerlas entre las 8 y las 8:30 horas de la tarde, y la luz principal era la pantalla del televisor, que tenía el color naranja”, explicó.
Le elección de este tono no fue casual, pues se trata del color corporativo de la red social para deportistas Strava, a la que presentó el proyecto.
La compañía estadounidense apostó por la propuesta y presentó las 21 fotos realizadas por Albert en sus canales digitales bajo el título ‘Light Behind the Lockdown’ (‘Luz detrás del confinamiento’).
“El proyecto duró cuatro semanas y, así, llené todo mi calendario. Por la mañana llamaba a los ciclistas, durante el mediodía preparábamos la cámara y por la noche hacíamos la foto”, desveló.
Desde el punto de vista creativo, Albert no buscaba un retrato estricto del ciclista, sino una imagen “más poética para que la gente se sintiera identificada con las horas que ha pasado en el rodillo durante el confinamiento”.
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En cuanto al aspecto técnico, el creador del proyecto, tuvo también que adaptarse a los dispositivos fotográficos de los participantes, que utilizaron desde teléfonos móviles hasta cámaras fotográficas más profesionales para retratarse bajo las directrices telemáticas del fotógrafo.
“Una vez recibía las fotos por correo electrónico, las pasaba por el programa de edición, arreglaba la luz, las sombras, miraba que la pantalla tuviera el tono naranja y después le daba otro toque naranja de postproducción. Por cada foto, estaba entre dos y tres horas retocando”, señaló.
Con el final del estado de alarma, ‘Brazo de Hierro’ ha recuperado cierta estabilidad profesional, si bien apunta que la crisis del coronavirus es un aviso al sector de la fotografía comercial.
“Ahora es el momento de empatizar con todos y ser conscientes de lo que hemos pasado y lo que estamos pasando. Tendremos que entender que todo el mundo lo está pasando mal”, señaló.
Pese a ello, reconoce que encontró en la creatividad un remedio para combatir las consecuencias económicas del confinamiento. EFE
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