Madrid, 10 jun (EFE).- Los chimpancés salvajes están en peligro de extinción y las enfermedades cardiovasculares son muy comunes en esta especie, por lo que comprender su corazón es vital para su conservación. Ahora, una nueva investigación constata que algunos de estos animales tienen un hueso en el corazón.
El trabajo, que se publica este miércoles en la revista Scientific Reports, ha sido liderado por investigadores de la Escuela de Medicina y Ciencia Veterinaria de la Universidad de Nottingham (Reino Unido).
Se trata de un hallazgo “particularmente raro”, ya que este hueso -llamado “os cordis”- lo tienen muy pocas especies de animales, según un comunicado de la universidad británica.
Está presente en bovinos, como ganado, bueyes y búfalos, siendo bastante grande; las ovejas, nutrias, perros y camellos a veces también lo poseen.
Los huesos de tamaño milimétrico que forman os cordis tienen más probabilidades de estar presentes en los chimpancés con fibrosis miocárdica idiopática, un tipo de enfermedad cardíaca que se puede dar tanto en estos animales como en los humanos.
La fibrosis miocárdica es el tipo de enfermedad cardíaca más común en los chimpancés, y se ha relacionado con la aparición de arritmias cardíacas y muerte súbita.
Para la autora principal de la investigación, Catrin Rutland, “el descubrimiento de un nuevo hueso en una nueva especie es un evento poco común, especialmente en los chimpancés que tienen una anatomía tan similar a la de las personas”.
El hallazgo, que fue posible gracias a diversas técnicas que permitieron escanear los corazones con mucho mayor aumento, “plantea la cuestión de si algunas personas podrían tener también un os cordis”, sugiere Rutland.
En ocasiones, el os cordis se encuentra en la mayoría de los animales de una especie, pero en otros casos se asocia con enfermedades cardíacas, informan los investigadores.
Se han ofrecido muchas sugerencias sobre las razones que están detrás del desarrollo de un os cordis: el hueso puede soportar las válvulas esenciales del corazón, desarrollarse debido a una enfermedad cardíaca o incluso alterar el sistema eléctrico que controla el corazón.
No obstante, señala la nota de la universidad, la función de este hueso sigue investigándose. EFE
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