Por Myriam Manosalva | 24/05/2021.
En medio de la preocupación por el cambio climático, la comunidad científica se ha embarcado en múltiples proyectos con el fin de revertir o frenar el calentamiento del planeta. Una de las propuestas más populares de los últimos años en la materia ha consistido en simplificar el diseño del embalaje de los productos para reducir la acumulación de material en los vertederos de basura.
Este es el caso de la idea ‘Morphing pasta and beyond’, lanzada por un equipo de investigadores de la Universidad de Zhejiang en China, que consiste en la impresión de ranuras sobre la superficie de los alimentos planos a base de harina, que una vez expuestos a la cocción, se transforman y cobran volumen. Este mecanismo propone convertir sustancias con estructuras 2D en 3D, disminuyendo a gran escala los desechos plásticos provenientes de envases, facilitando su transporte y ocupando a su vez menos espacio en la alacena, lo cual reduciría los costes de fabricación y elevaría la eficiencia del proceso de elaboración de los productos alimenticios. Así, el empaque plano reduciría la producción de plástico, uno de los principales elementos contaminantes en el planeta Tierra.
Ye Tao, Líder del proyecto, realizó simulaciones basadas en un modelo de gel polimérico que luego fue usado para empacar un prototipo de pasta y encontró que podía predecir con precisión la transformación del material durante la cocción. La pasta se hinchó cuando se cocinó en agua hirviendo, tomando formas tridimensionales según la posición de las ranuras. Las figuras plasmadas en la superficie del producto eran temporales y reversibles, dependiendo del ángulo, el espacio entre ellas, el ancho o la profundidad de las mismas, se determinaría la forma de la comida tras la cocción.
Los investigadores proponen métodos de fabricación económicos como el estampado, el grabado con láser o el moldeado y la fundición para el desarrollo de estos productos.
Esta propuesta, de rasgos escalables, simplificaría los procesos de fabricación, frenaría la huella ambiental dejada tras años de consumo, y por su naturaleza sostenible mejoraría la calidad de vida de la población mundial.