Roger Penrose, el matemático que ha explorado los límites del mundo

Warsaw (Poland), 12/12/2016.- (FILE) – British mathematical physicist, mathematician and philosopher of science Sir Roger Penrose during a ceremony at Presidential Palace in Warsaw, Poland, 12 December 2016 (reissued 06 October 2020). The Royal Swedish Academy of Sciences has decided to award the 2020 Nobel Prize in Physics with one half to Roger Penrose and the other half jointly to Reinhard Genzel and Andrea Ghez. (Polonia, Suecia, Varsovia) EFE/EPA/JACEK TURCZYK POLAND OUT

 

Guillermo Ximenis, Londres (EFE).- El británico Roger Penrose, que recibió este martes el premio Nobel de Física junto a Reinhard Genzel y Andrea Ghezm, es uno de los cosmólogos y matemáticos más originales de las últimas décadas. Sus teorías, a menudo controvertidas y provocadoras, abarcan desde los límites de la física del universo hasta los escurridizos fundamentos de la conciencia humana.

En colaboración con el célebre Stephen Hawking, Penrose jugó un papel fundamental en la descripción de interior de los agujeros negros a partir de la década de 1960.

Fue el primero en demostrar con métodos matemáticos que las estrellas pueden colapsar y formar un agujero negro que contiene inevitablemente una singularidad, un punto en el espacio en el que la masa se comprime hasta una densidad infinita.

Esa fue la primera de muchas ocasiones en la que Penrose se rebeló contra el conocimiento establecido en la comunidad científica, que hasta entonces pensaba que esas singularidades eran objetos teóricos que no podían existir en el universo.

En paralelo a sus trabajos académicos, publicó libros populares como “The Emperor’s New Mind” (1989), en el que exploró los mecanismos físicos de la conciencia y argumentó que los ordenadores nunca podrán emular el funcionamiento de la mente humana en base a algoritmos clásicos.

 

MATEMÁTICO ANTES QUE FÍSICO

Penrose nació en la localidad inglesa de Colchester el 8 de agosto de 1931, en una familia de tradición científica. Su madre, Margareth Feathe, era médica, y su padre, Lionel Sharples Penrose, psiquiatra y genetista.

A pesar de la presión familiar para estudiar medicina, decidió dedicarse a las matemáticas: “Mi padre no lo aprobaba en absoluto. Las matemáticas podían estar bien para alguien que no podía hacer otra cosa, pero no era algo con lo que forjarse una carrera”, rememoró en una ocasión Penrose.

Con el tiempo, sin embargo, en el hogar de los Penrose acabaron aceptando la decisión del joven Roger. Una de sus primeras contribuciones al conocimiento la hizo, precisamente, junto con su padre.

En 1956, cuando todavía estudiaba la Universidad de Cambridge, Roger y Lionel enviaron a la revista British Journal of Psychology un artículo conjunto titulado “Objetos imposibles”.

Su descripción de una escalera que sube y baja al mismo tiempo y de un triángulo en tres dimensiones que resulta ser físicamente imposible estaban inspiradas en las creaciones del artista holandés M.C. Escher, que más tarde empleó las descripciones matemáticas de los Penrose en algunas de sus obras más conocidas.

 

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LA ÉPOCA DORADA DE LOS AGUJEROS NEGROS

Al inicio de sus estudios universitarios, su interés se limitaba a la matemática teórica, pero antes de doctorarse en geometría algebraica, en 1957, ya había quedado seducido por los debates sobre cosmología que proliferaban en aquella época en el ambiente académico.

Penrose vivió unos años en los que las bases teóricas que explicaban hasta entonces la estructura del cosmos estaban saltando por los aires, y las continuas novedades y especulaciones en ese campo atrajeron a numerosos estudiantes.

Aparentemente sin proponérselo, se convirtió en una figura central de la época dorada del estudio de los agujeros negros, el periodo de algo más de una década en el que se comprendió que esos misteriosos objetos son reales y relativamente comunes en el universo.

Durante esos años dedicados a la cosmología, impartió clases de matemáticas aplicadas en la universidad británica de Birbeck, antes de ocupar, a partir de 1973, la prestigiosa cátedra Rouse Ball en Oxford.

Además de demostrar la existencia de las singularidades, Penrose desarrolló un método para cartografiar las regiones del espacio-tiempo que rodean a un agujero negro, un cuerpo cuya gravedad es tan intensa que impide que algo pueda escapar de su interior, incluida la luz.

Ese mapa, conocido como diagrama de Penrose, permite ver los efectos de la gravitación sobre los objetos que se aproximan a un agujero negro.

 

AUTOR DE ÉXITO

Su faceta como divulgador se inició con “The Emperor’s New Mind”, un libro con el que su firma se imprimió por primera vez más allá de las publicaciones especializadas y que generó al mismo tiempo encendidos debates académicos.

Junto con “A Brief History of Time” (1988), de Hawking, y “Gödel, Escher, Bach: An Eternal Golden Braid” (1979), de Douglas Hofstadter, el libro de Penrose fue una de las principales obras que explicaron al público general algunos de los últimos avances de la física y las matemáticas a finales del siglo XX.

El éxito literario animó a Penrose a continuar su investigación sobre el problema de la conciencia en “Shadows of the Mind”, publicado en 1994, el mismo año en el que participó junto con Hawking en una serie de conferencias sobre cosmología en la Universidad de Cambridge que incrementaron aún más su fama.

 

ÚLTIMAS POLÉMICAS

Penrose ha continuado entregado a la investigación durante la última época de su vida, en la que ha vuelto a sumergirse en el análisis de la estructura a gran escala del universo. En los últimos años ha publicado dos nuevos libros, “Cycles of Time” (2010) y “Fashion, Faith, and Fantasy in the New Physics of the Universe” (2016).

En esta última etapa, ha propuesto un controvertido modelo conocido como Cosmología Cíclica Conforme (CCC), que utiliza el marco de la relatividad general para ofrecer soluciones alternativas a la teoría inflacionaria del Big Bang.

Para explicar la uniformidad del cosmos que podemos observar, el matemático británico propone que el universo avanza a través de ciclos que comienzan a partir de un punto infinitamente pequeño.

Ese punto se expande hasta que la materia es engullida de nuevo por agujeros negros supermasivos, lo que restaura la uniformidad inicial y da comienzo a una nueva expansión. EFE
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