POR: PANTALLAZO.COM.CO
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Un «workaholic» o «trabajoadicto» a menudo acaba siendo muy poco productivo, señala John Snarey, un investigador de la Emory University, del National Center for Fathering.
Esto se debe a que el trabajoadicto a la larga desarrolla conflictos matrimoniales, personales, con la educación de sus hijos, etc., que truncarán su carrera. El estudio de Snarey detecta que a los padres que declaran haber rechazado trabajos o proyectos adicionales, no les ha ido peor a la hora de desarrollar su carrera profesional.
¿Cuándo te conviertes en un trabajoadicto? En la web AllProDad señalan estos 10 indicios inquietantes que, acumulados, levantan las alarmas:
- ¿De qué conversa?
¿De qué hablas con los amigos y la familia? Si eres adicto al trabajo, probablemente hables de cosas relacionadas con el trabajo. Cuando la conversación trata de cosas intrascendentes y coloquiales, enseguida la llevas de nuevo al trabajo. Harás que todo gire alrededor del trabajo y probablemente no sabes casi nada de nada más.
- ¿Quiénes son sus amigos?
¿La gente con la que socializas es la misma gente con la que pasas la mayor parte de tu vida en el trabajo? Las amistades a menudo se basan y se refuerzan por intereses compartidos. El trabajoadicto a menudo es incapaz de conectar a largo plazo con gente fuera de su profesión.
- Control de todo
El trabajoadicto a menudo necesita sentir que tiene el control directo de todas las tareas, le cuesta mucho delegar en otros compañeros. Piensa que nadie puede hacerlo suficientemente bien y que, por lo tanto, tiene que estar siempre trabajando.
- Adicción al móvil o celular
Le obsesiona que pudiera llegar un e-mail o un dato por eso siempre está pendiente de su celular y se pierde momentos valiosos con su familia: por ejemplo: Su hija hace un castillo de arena en la playa, pero él ni lo mira porque no deja de repasar su móvil.
- Evita concentrar los días en vacaciones largas
Este trabajoadicto quizá dice a sus compañeros que «me iré todo el mes de julio», como su fuera una amenaza cataclísmica, pero nunca lo hace. Intenta que las vacaciones sean breves y los días festivos estén muy repartidos.
- El escritorio es una cafetería
Tiene los cajones de su escritorio lleno de chucherías, comida prefabricada y hasta latas de conservas. No dedica tiempo para salir a comer, así que come las cosas prefabricadas que almacena. La máquina de café y alimentos de su oficina es el lugar que visita con más asiduidad. Piensa que así ganará tiempo para llegar a alguna actividad deportiva de su hijo… pero al final no acude a esa actividad. Sus únicas comidas formales o elaboradas son las de trabajo.
- Nunca está enfermo
El «workaholic» o trabajólico se automedica con lo que encuentra en el botiquín de casa para no perder tiempo en una cita médica.
- Pasa horas a media noche planificando tareas
Son las tres de la mañana, está en la cama con su cónyuge durmiendo al lado y pasa hora tras hora planeando tareas de su trabajo, objetivos y protocolos. Muy a menudo tienen trastornos del sueño.
- Sin tiempo para el cónyuge
Ni tiene tiempo de calidad con su cónyuge, ni se lo lleva a excursiones o actividades conjuntas o espontáneas. El trabajólico trata a su cónyuge como un compañero de vivienda que le hace perder tiempo. A menudo se queda en el computador mucho más tarde por la noche: su cónyuge ni se entera cuando se acuesta.
- ¿Quiénes son esos niños?
El trabajoadicto recuerda que nacieron sus hijos y luego, como por sorpresa, mira a su alrededor y ve una serie de niños que hacen ruido y no le dejan concentrarse en el trabajo. No establece relaciones personales con cada hijo. No sabe casi nada de sus profesores ni de sus mejores amigos ni de sus sueños o esperanzas. En el futuro, sus hijos le dirán: “papá, lo único que siempre quisimos fue tu tiempo, pero siempre estabas ocupado». Es el destino del trabajoadicto.