Madrid, 5 ago (EFE).- El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, a través de un comunicado de este organismo, explica “por qué animar a los futbolistas a hablar abiertamente sobre sus experiencias personales de discriminación es un primer paso fundamental para repensar los esfuerzos de la UEFA para erradicar el racismo del fútbol europeo”.
“El año 2020 ha visto a los ciudadanos de todo el mundo movilizarse en respuesta a dos eventos sísmicos: primero, para proteger a nuestras familias y comunidades de la pandemia mundial, y luego, para defender la igualdad de derechos y la justicia para todos”, señala Ceferin.
Considera que “ha sido una llamada de atención, para la sociedad y la comunidad futbolística europea en general. Es una realidad que miles de millones de aficionados a veces prestan más atención al fútbol que a sus líderes políticos electos. En tiempos de crisis, una influencia y un alcance tan enormes conllevan una responsabilidad añadida, y me siento orgulloso de la forma en que el fútbol europeo ha estado al lado de las comunidades locales en momentos de necesidad”.
“Desde marzo, las federaciones nacionales, los clubes y los futbolistas de todo el continente han recaudado fondos para comprar material médico que salve vidas, entregar alimentos a los ancianos y a las personas vulnerables, y han ayudado a las autoridades públicas a difundir mensajes vitales sobre la salud. Ha sido un recordatorio del poder del fútbol para comunicarse y conectarse con todos, independientemente del color, género o creencia”, continúa.
Del mismo modo señala que “los clubes y los jugadores se han mostrado solidarios con la avalancha de dolor, ira y tristeza de la sociedad tras la trágica muerte de George Floyd en los Estados Unidos. Los atletas de diversos deportes han hablado con elocuencia de un momento de verdadero potencial para que los órganos rectores se replanteen sus programas de lucha contra el racismo”.
“La UEFA siempre ha reconocido su responsabilidad, tanto para abordar cualquier forma de prejuicio racial dentro del fútbol europeo como para tomar medidas concretas para luchar contra el enfermizo uso de lenguaje racista contra los jugadores”, agrega.
“Fuera del campo, trabajamos de la mano con organizaciones no gubernamentales como Fútbol Contra el Racismo en Europa (FARE), una red que une a clubes de aficionados, sindicatos de jugadores, federaciones de fútbol y grupos de minorías étnicas de toda Europa contra el racismo y la desigualdad. Esta colaboración dio forma a las directrices de mejores prácticas de la UEFA para los clubes y las federaciones nacionales en la lucha contra el racismo, incluyendo un Plan de Acción en Diez Puntos que sigue siendo fundamental para nuestra misión general de proteger el fútbol. En el campo, la regla de tres pasos de la UEFA otorga a los árbitros la facultad de detener los partidos en caso de incidentes racistas. También hemos utilizado, y seguiremos haciéndolo en agosto, la visibilidad global de nuestras competiciones para seguir transmitiendo nuestro mensaje de no al racismo”, agrega Ceferin.
Sin embargo cree que, “tras los recientes acontecimientos, está claro que no basta con crear conciencia. Junto con el resto del fútbol europeo, necesitamos llevar el fútbol a otro nivel y encontrar un enfoque cualitativamente diferente para eliminar el racismo sistémico de nuestro deporte”.
“Incluso para un órgano de gobierno como la UEFA, es un desafío difícil. Racismo y discriminación son actitudes que están arraigadas en la sociedad en general y nada cambiará sin una acción gubernamental concertada a través de instituciones nacionales como las escuelas”, abunda.
Asimismo cree que, “sin embargo, esto no puede ser una excusa para eludir la responsabilidad del fútbol. Con 55 federaciones miembro y una audiencia que se cuenta por millones, la UEFA está bien situada para unir y coordinar a los aficionados, jugadores, clubes, ligas, organismos administrativos y medios de comunicación. Todos tendremos que reaccionar y actuar juntos, para terminar con la bestia del racismo”.
“Como primer paso para dar forma a un cambio radical en el enfoque de la UEFA y del fútbol europeo, debemos basarnos en la reciente expresión de sentimientos y frustraciones de los futbolistas y los aficionados que durante mucho tiempo se mantuvieron a raya por miedo a una reacción violenta. No sólo para fomentar un debate abierto sobre la diversidad y la representación, sino también para comprender realmente cómo el racismo penetra en los diferentes niveles del fútbol: de arriba abajo, desde las salas de juntas hasta los campos de entrenamiento de futbolistas más jóvenes”, continúa.
“No será cómodo escucharlo, pero no encontraremos una solución diferente sin antes identificar lo que no funciona ahora. Esto significa animar a cada individuo a seguir hablando abiertamente sobre el racismo en el fútbol, incluso cuando el tema ya no es noticia de primera plana”, afirma.
Como muestra del reconocimiento por parte de la UEFA de la necesidad de escuchar y aprender antes de construir un nuevo enfoque, el organismo ha “invitado a varios jugadores conocidos, del pasado y del presente, para que hablen de sus propias experiencias en primera persona sobre el racismo, tanto como niños como como futbolistas profesionales”. EFE
sab