José Antonio Torres, México, 31 may (EFE).- La construcción del Tren Maya abre una nueva era del transporte en México y el banderazo del comienzo del proyecto el lunes supone el inicio de la reactivación económica del país, dijo a Efe, Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
“Tenemos que pensar que se abre una nueva era en México en cuestión de transporte. Será un tren moderno”, declaró Jiménez Pons en una entrevista sobre el proyecto insignia en infraestructuras del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las obras arrancarán este lunes con una ceremonia que López Obrador encabezará en un lugar próximo a Cancún, Caribe mexicano, en su primer acto público después de levantarse parcialmente las medidas de confinamiento para combatir la pandemia del COVID-19.
El titular de Fonatur, entidad a cargo del proyecto, consideró la jornada del lunes como un día muy importante tanto por el principio de la obra como por su significado para la economía de país, tras meses de letargo.
“Es un día muy importante por ser parte de los primeros pasos para la reactivación económica. Es un buen día porque poco a poco, como vaya cediendo la pandemia, vamos a ir generando empleo”, comentó Jiménez Pons.
Durante la ceremonia que encabezará el presidente se tomarán todas las medidas de sana distancia y de higiene, por lo que apenas asistirá medio centenar de personas, explicó el director del Fonatur.
“Va a ser una cosa muy breve, con poca gente, no debe haber más de 50 personas y muy pocos invitados efectivos que serán entre 10 y 15” en una ceremonia que incluirá una pequeña exposición del proyecto con algunos discursos, indicó.
MEDIDAS SANITARIAS PARA EVITAR CONTAGIOS
Jiménez consideró importante que el Tren Maya tenga un buen comienzo y sostuvo que esto significa “no poner en riesgo a nadie” ni en el acto protocolario ni durante los trabajos que se irán intensificando en las próximas semanas.
“Tenemos que empezar poco a poco, con las medidas sanitarias necesarias y sobre todo ir preparando porque la actividad fuerte se va a ir vislumbrando a partir de mes y medio”, explicó.
Jiménez destacó que esta megaobra ferroviaria no es solo “el proyecto insignia” del presidente, sino que con los meses se han adherido mucha gente que ya ha entendido y aceptado lo que representa.
“Creo que también es un proyecto de mucha gente que lo ha entendido y que lo ha aceptado y abrazado como una alternativa. Hay mucho apoyo en el sitio, apoyo real, firmado al ciento por ciento, en las comunidades”, agrega.
El megaproyecto tiene 1.475 kilómetros de extensión y una inversión total de cerca de 120.000 millones de pesos (unos 5.400 millones de dólares) a través de los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, con alrededor de 16 estaciones.
TREN MAYA DETONARÁ LA INVERSIÓN PRIVADA
Para el titular del Fonatur, la inversión pública para el Tren Maya será un detonante para que empresarios se interesen en presentar y desarrollar proyectos en toda la región, desde viviendas a centros comerciales.
“He hablado con muchos grupos, al menos doce son de alcance nacional, y hemos conversado de planes de desarrollo”, explicó Jiménez al comentar que ya se prepara todo un paquete de licitaciones a partir del mes de julio.
“Tenemos que transparentar el proceso de selección de estos inversionistas. Para esa parte ya sabremos las condiciones porque muchos grupos se han acercado y hemos hecho estudio de mercado y la inversión es bastante buena”, anticipó.
Según una evaluación de ONU-Habitat, programa de Naciones Unidas para los asentamientos humanos, este proyecto generará alrededor de un millón de nuevos empleos y sacará de la pobreza a más de un millón de personas.
El desarrollo del Tren Maya, asegura Jiménez Pons, dejará mucho más del millón de empleos en el sureste porque además de la construcción serán desarrollados otros sectores de la economía y como ejemplo destacó las oportunidades en el tema agrolimentario, que en esa región tiene niveles más de subsistencia.
Desde el lanzamiento del proyecto, el Gobierno de López Obrador se ha enfrentado, y hasta ahora la logrado sortear, la oposición de diversos sectores que consideran que el Tren Maya afectará la biodiversidad de la región y a las comunidades indígenas.
Jiménez sostuvo que las autoridades mantendrán abierto el diálogo para resolver cualquier problema que se pueda presentar durante la construcción porque su objetivo siempre ha sido que la gente de la región esté bien informada sobre los alcances del Tren Maya.
El Gobierno mexicano ha licitado ya tres tramos de esta obra y asignó de manera directa un cuarto a una empresa que ya tiene la concesión de una autopista que incluye el derecho de vía para el Tren Maya.
La inversión total de los tramos licitados es de 44.263 millones de pesos (unos 2.000 millones de dólares). EFE
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