SKGZ, UNA IDEA CON LOS PIES EN LA TIERRA

Por Fernando Calderón España

Colombia volará más alto, más lejos, dicen los encabezados promocionales del proyecto más ambicioso en materia aeroportuaria de los últimos tiempos en el sur de Colombia: La rehabilitación del aeropuerto, ubicado en jurisdicción del municipio de Altamira, pero que se conoce como de La Jagua, y cuyo código designado por la Organización Aeronáutica Civil Internacional, OACI, es SKGZ.

Los alentadores de esta idea han decidido llamarle con las letras iniciales que definen el país y la zona en donde está la pista de despegue y aterrizaje: SKGZ, en donde SK significa Colombia, y GZ, Garzón. Esta sigla fue asignada hace 80 años, desde finales de los 40s cuando la Aeronáutica Civil hizo la solicitud a la OACI.

Según la Escuela de Negocios y Gestión Aeronáutica y Aeroportuaria, una de las más grandes del mundo, los aeropuertos de carga “son todos los aeropuertos ubicados en zonas estratégicas dentro del ámbito económico o industrial destinados a ser el punto de salida o llegada de una carga o mercancía que va a ser transportada por vía aérea.” Esta definición parecería hecha a la medida de las pretensiones fundamentadas de los motivadores de la idea. Sin duda, la pista SKGZ está ubicada en una zona estratégica dentro del contexto económico e industrial que vive hoy la región central del departamento del Huila.

Y ¿cuál es la pretensión máxima? Sencillo, como lo dice Gerardo Sánchez, la cabeza visible de este proyecto que toma vuelo de una manera acelerada: “Habilitar el segundo aeropuerto de carga internacional en la cuenca del Rio Magdalena para contribuir de una forma lógica y eficaz en el incremento del Producto Interno Bruto, PIB, y en el desarrollo de nuestro país”.

En todo, Gerardo Sánchez y los demás miembros del comité organizador que impulsa este proyecto, tienen razón. Las cifras así lo demuestran. En 2019, los exportadores del Huila facturaron en bienes, 472.4 millones de dólares. Las ventas externas, diferentes a las del sector minero, representan el 3% de las que realizó Colombia ese año. De esa cifra, el 97.4% correspondió a bienes agropecuarios, agroindustriales e industriales, no mineros. Con estas ventas, el Huila y la región sur colombiana participan con el 8.6% en el PIB del área. El Huila está ubicado, hoy por hoy, entre los 6 departamentos que más exportan en Colombia. Las cifras demuestran cómo esos sectores de la economía están apalancando el crecimiento de esa parte del país, otrora considerada un fortín de la pobreza. Con orgullo podemos gritar a los cuatro vientos que nos hemos convertido en una potencia exportadora, gracias al trabajo, la imaginación, la disciplina y los buenos productos que nos dan nuestros campesinos, empresarios y agroindustriales.

Queda la bendición del gobierno nacional para que un proyecto bien concebido como este, estructurado con juicio, justificado con información económica idónea, cierta, y con una pista histórica que solo hay que rehabilitar, despegue.
Como decimos en el lenguaje popular, una idea con los pies en la tierra.

Imágenes creadas por Alejandro Morales Calderón.

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