
Por Fernando Calderón España
Diabéticos, hipertensos, obesos, a morir de tristeza.
Acaban de ordenar el encerramiento hasta que haya una nueva señal.
El virus es nazista.
Corona de laureles a quien lo vence. A los derrotados les pone (o nos ¿?) corona de espinas.
La dura decisión de la mujer de la pañoleta, nos proscribe por enfermos. Rezagos de una antigüedad que aún retumba en las cavernosas mentes de una democracia que se va a quedar sin pueblo.
La pandemia, que no fueron capaces de acorralar, le dio la razón al campo de concentración.
El guetto no ha muerto. Estaba extraviado en la humildad de quien pide votos.
El miedo del neocomunismo que comenzó a propalar la melancolía del bastón de mando, ahora es por el deterioro del neocapitalismo porque hay que poner a andar la producción.
El tapabocas, el distanciamiento físico y el lavado de mano, no sirvieron.