Por Gustavo Castro Caycedo.
Qué bueno sería que el Presidente Duque escuchara y asimilara el impactante discurso de su homólogo estadounidense Joe Biden, sobre El Estado de la Unión, (informe anual del presidente al Congreso, y reunión de las tres ramas del Gobierno Federal de EE.UU), el pasado 28 de abril, y que emulara asuntos que en su inexperiencia administrativa que tanto daño le ha hecho a Colombia, parece no haber dimensionado, a pesar de que son de una lógica elemental, y a la vez de un hondo significado y contenido social y político.
Por ejemplo, la real importancia de la despreciada (por él), clase media, análoga a la pequeña y la mediana industria,
abandonadas, desprotegidas y hostigadas las tres, para que “paguen los platos rotos” de su mal gobierno, como quedó demostrado con el aborto de su irracional reforma tributaria, que era, ni más ni menos, un perverso engendro tal vez de su “sofista Economía Naranja”, o quién sabe de qué o quién, pero sí, que era abiertamente enemiga, (como el presidente), de la clase media.
Nadie se atrevería a negar que los pequeños y medianos empresarios son quienes generan el mayor empleo, dinamizan la economía, y aportan el 31% del impuesto total a la renta, mientras los banqueros “consentidos” con medidas económicas y “subsidiados” con muchos miles de millones de pesos, apenas mueven el dinero, y solo contribuyen con el 13%.
En su discurso, (como usted constatará en el video que adjunto), Biden dijo: “Wall Street no construyó este país, la clase media lo construyó…”.
“Es tiempo de que las corporaciones estadounidenses y el 1% más rico, comiencen a pagar su parte justa. No agregaré una carga fiscal para la clase media”.
Además, anunció salario igual para hombres y mujeres; y un cambio positivo hacia los trabajadores del campo; que en Colombia son otros grandes hacedores de patria, ignorados, desprotegidos, e irrespetados.
A esta columna adjunto el discurso del presidente Biden y el testimonio dramático y revelador de un joven campesino nuestro, digno de ver y escuchar.
Oyendo al presidente Biden, pensé en Iván Duque y su pretendida reforma de la salud en ciernes, a pesar de lo que pueda suceder si insiste en ella.
Biden anunció que hará rebajar los precios de los medicamentos, y que: “los miles de millones de dólares que ahorraremos, pueden destinarse a fortalecer la Ley del cuidado de la salud a bajo precio”.
Es posible que si el presidente Duque ve y escucha a Joe Biden, no lo emule, pero pueda que aunque sea muy en el fondo de su conciencia, sienta avergüenza de su ineptitud y falta de compromiso con la clases media y baja, con los pequeños y medianos industriales, y con los campesinos.
Que en otra dimensión, es la misma vergüenza ajena que yo siento por él.