Moscú, 6 jun (EFE).- Todos los templos ortodoxos de Moscú, cerrados desde el pasado 13 de abril por la pandemia de COVID-19, reabrieron hoy, en la víspera del Día de la Santísima Trinidad, con restricciones de aforo y mascarillas obligatorias para proteger la salud de los fieles.
La epidemia ha obligado también a introducir cambios en los usos tradicionales ortodoxos: los creyentes deben guardar distanciamiento social, no pueden besar los iconos ni las manos de los popes después de confesarse, ni recibir la bendición.
La reapertura de la totalidad de los templos fue acordada por el Patriarcado de Moscú y las autoridades sanitarias de la capital rusa.
“Esta decisión ha permitido evitar una situación que podría ser muy grave, pues centenares de miles moscovitas estaban dispuestos a desplazarse para orar en los templos de la provincia Moscú”, declaró a la agencia RIA Nóvosti, el diputado Serguéi Gavrilov, presidente de comité de la Duma del Estado para asuntos sociales y religiosos.
El pasado 2 de junio abrieron su puertas las primeras iglesias moscovitas: el mayor templo ortodoxo del país, la Catedral de Cristo Salvador, y la Catedral del Epifanía.
Según los datos oficiales, a día de hoy en la capital rusa, principal foco de infección del país, se han registrado 193.061 casos confirmados de COVID-19 y 2.864 fallecimientos.
En los últimos tres días los contagios diarios en Moscú, con una población de más de 12 millones de habitantes, han caído por debajo de los 2.000, pero las autoridades mantienen, aunque suavizadas, medidas de confinamiento.
En toda Rusia, desde el comienzo de la epidemia los positivos por coronavirus ascienden a 458.689 y se ha producido un total de 5.725 decesos atribuidos a la COVID-19, de ellos 197 en las últimas veinticuatro horas. EFE
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