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Por Dra. Dª. Ana Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos, Diplomada en Nutrición. https://www.lechepuleva.es/
El agua es el componente principal de nuestro cuerpo y es esencial para la vida, tanto, que no podríamos vivir sin ella. Para que nuestro organismo funcione adecuadamente necesitamos alrededor de tres litros de agua al día. Las pérdidas diarias de agua están cifradas en unos 2,6 litros los cuales deben reponerse bebiendo al menos 2 litros de agua al día.
El agua es un líquido incoloro, inodoro e insípido y es la bebida por excelencia. Es un componente primordial de la naturaleza, pero, además, es el componente principal de nuestro cuerpo, donde realiza importantes funciones. El agua resulta esencial para la vida.
La proporción de agua en nuestro organismo
Es el componente principal de nuestro cuerpo, representando dos terceras partes del peso del mismo.
Tomando como ejemplo un hombre de 70 kg, el agua representaría unos 43 litros, lo que supone un 61% aproximadamente del peso total, estando dos terceras partes en el interior de las células y el resto extracelular.
Esta proporción de agua en nuestro organismo varía según el sexo y edad. Así, la mujer, al tener más tejido adiposo y menos masa muscular, tiene un contenido en agua algo menor, que oscila entre el 50-55% de su peso total. En el recién nacido este porcentaje es de un 80%, cifra que va disminuyendo con la edad, llegando a valores de un 50% en ancianos.
El contenido en agua de nuestro cuerpo se mantiene constante gracias al equilibrio existente entre la cantidad de agua ingerida diariamente y las pérdidas diarias de la misma.
¿Dónde obtener el agua?
Para compensar este volumen de agua eliminada, y suponiendo que existe el equilibrio al que nos referimos, la cantidad de agua ingerida debe ser de 2,6 litros diarios.
De ellos, 1 litro aproximadamente lo obtenemos del agua contenida en los alimentos. Unos 0,3 litros son del agua que se forma por la oxidación de los nutrientes de los alimentos en el organismo y 1,3 litros restantes deben proceder del agua de bebida.
Estas cifras no se establecen como norma estricta a seguir, sino que nos orientan acerca de la cantidad adecuada de agua que debemos tomar diariamente.
¿Cómo se pierde el agua?
En un individuo sano adulto que vive en un clima templado y realiza una actividad física moderada, las pérdidas diarias están cifradas en unos 2,6 litros, repartidos entre orina (1,5 L), evaporación por la piel (0,5 L), pulmón (0,4 L) y a través de las heces (0,2 L)
Funciones del agua
- Es el medio en que se hayan disueltos todos los líquidos corporales, sangre, linfa, secreciones digestivas, heces y orina.
- Transporta nutrientes al interior de las células y posibilita a su vez la eliminación de los productos de desecho de las mismas.
- Interviene en la digestión de los nutrientes de los alimentos, no sólo facilitando la disolución de los mismos, sino también su digestión a través del proceso de hidrólisis.
- Ayuda a dar forma y volumen a las células debido a la presión que ejerce en las mismas.
- Mantiene la temperatura corporal, mediante la evaporación del agua contenida en el sudor.
- Evita las fricciones en las articulaciones.
Agua: nuestras necesidades diarias
Es difícil establecer los requerimientos en agua de nuestro cuerpo, ya que dependen de cada individuo, así como de las condiciones ambientales, fisiológicas o patológicas en que se encuentre.
Para tener un cálculo aproximado, se establece que la cantidad de agua que ha de ser ingerida para un hombre normal de vida sedentaria es de 1 mililitro por cada caloría aportada en su dieta.
En general, y salvo en casos donde exista peligro de retención de líquidos en el organismo (problemas renales o cardiacos) se recomienda beber de 1,5 litros a 2 litros diarios de agua para satisfacer las necesidades del organismo.
La sensación de sed, aunque puede ser una señal indicativa de que nuestro organismo necesita agua, no es fiel reflejo de la cantidad exacta de agua que debemos beber para reponer las pérdidas de la misma.
La importancia del agua es tal que una persona puede sobrevivir más de un mes sin comer, pero sólo unos días sin beber agua.
Saber más sobre el agua
La ingesta de agua debe incrementarse en los siguientes casos:
- Cuando realizamos un ejercicio físico intenso.
- Durante la lactancia.
- En temperaturas ambientales elevadas.
- Cuando tenemos fiebre.
- En caso de vómitos, diarreas.
- En diabetes descompensadas.
Todas estas situaciones aumentan las pérdidas, lo que obliga a una nueva estimación de las necesidades para evitar una posible deshidratación que puede causarnos serios problemas.
En condiciones normales es preferible un exceso de agua que una ingesta insuficiente ya que su exceso no se acumula, sino que se elimina por el riñón.