Pero, qué fue lo que hicimos

Por Fernando Calderón España

Las heridas mortales que propina este mal, doblegan el cuerpo.

La tristeza como aflicción del sentimiento se queda diminuta.

El alma, hecha átomos, es más grande, ante la tragedia que se expande.

La desolación domina el poco entendimiento.

La victoria parece del mal.

Hombres y mujeres buenos sucumben ante la arremetida rabiosa del enemigo invisible, que comienza a ser visible en la proximidad.

Nelson Vieda, cabalgó en los lomos de las ondas hertzianas, la pasarela natural de las fantasías, sin coraza. Tenía la inocencia de quien cree en duendes y patasolas. Era jovial en su armazón de carne y hueso y un enamorado de los verbos con los que se ensalza la carpintería radial.

Contra la vida humana, no pudieron las tormentosas ideologías, las religiones egoístas e imperiales, los modelos economismos sórdidos e indignantes, ni los líderes arrogantes, codiciosos o reyezuelos terrenales con sus malditas vanidades.

Pero, si pudo la venganza invisible que a veces da natura.

¿Qué hemos hecho para tener que soportar tanta ira?

Paz en el oriente eterno para mi amigo Nelson Vieda.

Me parece estar viéndolo al otro lado del vidrio de la cabina.

Bogotá, hoy, 2:28 de la madrugada.

Cuidémonos, ¡por favor!

1 comentario en “Pero, qué fue lo que hicimos”

  1. Giovanna Robinson Rangel

    Ya no sabes que pensar.
    Y cuando te decides hacerlo, ahi esta de nuevo el
    mal, detrás de tus amigos, de alguien que Conociste por redes sociales y muy allegado.

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