Por Gustavo Castro Caycedo.
Después de todas las barbaridades cometidas por el presidente Duque, debidas a su incompetencia, a su irresponsabilidad, a su narcisismo, a su prepotencia y a su inmadurez, está llevado al país a un peligroso estado de pre-guerra civil.
Pero él, sin aprender la lección temprana que lo obligó hace tres días a abortar su descabellada y suicida reforma, que prendió la mecha, en lugar de reaccionar pronta y racionalmente, acorde con las graves circunstancias, con su tozudez, y arrogancia, de nuevo tercamente siguió alimentando la espiral de violencia y el incendio que está consumiendo la patria en toda su geografía, y minando nuestra herida democracia.
Cómo es posible que el presidente de algunos colombianos, (único responsable de las llamas que consumen al país), siga empeñado en enlazar una cadena de desaciertos que desafían a quienes marchan pacíficamente en el paro, a sus organizadores, y desafortunadamente también a los irracionales vándalos, organizados para saquear y destruirlo todo. Además de echarle más leña al fuego, involucrando al ejército en áreas que que son de la policía, lo cual fue rechazado hasta por los militares en retiro.
Cómo es posible que dejó pasar cuatro días dramáticos en los que creció el vandalismo y el caos, en lugar de sentarse a dialogar, (como se lo encareció el país), con los organizadores del paro, los partidos de oposición y el movimiento estudiantil, para bajarle la presión al caos. Y solo hasta ahora reacciona.
El presidente solo tuvo espacio para reunirse con los dirigentes de su partido, del conservatismo y de sus sumisos congresistas cristianos.
Por otro lado está equivocado en persistir en un explosivo proyecto de ley sobre reforma a la salud, (otro florero de Llorente en ebullición, criticado y rechazado por muchos sectores.
Y para completar el oscuro panorama, el mandatario sufre, descontrolado, una insólita desconexión de la candente realidad nacional, y del sentir de la doblemente aterrorizada e indefensa ciudadanía, tanto por el denunciado pésimo manejo de la pandemia, como por la violencia e inseguridad que le han resultado incontenibles.
Si Iván Duque sigue siendo consistente en el error, todos, civiles y uniformados, familias, comunidades, absolutamente todos los colombianos vamos a lamentar lo que Dios no quiera que pueda suceder.
Excelente. Dios Jehova, nos ayude. 🙏