Por Fernando Calderón España
La palabra democracia dejó de tener su origen etimológico en la lengua griega. Esto debido a la deshelenización del término y, por consiguiente, de su significado.
Recuerden la fuerza de la helenización del cristianismo que nos tiene adorando imágenes y valorando astillas de madera que se consideran reliquias.
Ahora, la palabra democracia tiene un origen inglés, en parte.
Por el significado que le están dando algunos candidatos y grupos políticos, que la ponen como la piedra angular de su oferta política y aducen defenderla, la democracia dejó de ser lo que era para los griegos: el gobierno del pueblo. La democracia es apenas, hoy, un término al que le robaron su significado.
Poco a poco, la palabra se fue diluyendo en su fuerza semántica y en su esencia política y ahora es un término que cambia de significado.
¿Por qué su nuevo origen? Sencillo. Los ingleses son los inventores de la informática y, como tal, impusieron su lengua y lenguaje en la terminología de la programación.
La democracia es hoy una “demostración de una versión reducida de un programa” político (entiéndase, modelo político) cuyo fin es mostrar una idea de funcionamiento. Sí, mostrar una idea, o demostrar sus funcionalidades.
En Colombia es eso. Un reducido grupo de personas que capturaron el presupuesto nacional, a través de uno de los tres poderes públicos, demuestran cada cuatro años sus funcionalidades para beneficiarlos. Para llegar a ese presupuesto, llamado eufemisticamente poder, le demuestran a los ciudadanos, generalmente mal informados, cómo funcionaría el Estado si fuera de ellos.
Así las cosas, democracia viene de DEMO, que significa prototipo, versión incompleta, y CRACIA, que deja de significar “gobierno” y pasa a su sinónimo mas cercano, “dominio”.
Es decir, la democracia es el dominio de una versión incompleta de una idea, a cargo de un reducido grupo.
Fernando José Calderón España, 15 de marzo de 2022.