Mutilación femenina: Cultura o derechos humanos

Por Eliana Catalina Arteaga | 20/03/2021.
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) la mutilación o ablación femenina, consiste en la extirpación total o parcial de los órganos femeninos externos sin justificación médica en niñas y adolescentes generalmente antes de cumplir 15 años, lo cual, afecta la salud sexual y vulnera los derechos humanos esenciales.

El procedimiento puede variar según las etnias o grupos sociales en las que se lleve a cabo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen cuatro tipos de mutilación femenina (MGF), siendo el tipo cuatro el que conlleva menor daño:

Tipo 1: Considerado como Clitoridectomía, el cual consiste en hacer un corte parcial o total del clítoris y/o del prepucio.

Tipo 2: Llamado Escisión, en este procedimiento se quita parcial o totalmente el clítoris y los labios menores, con o sin división de los labios mayores.

Tipo 3: Infibulación, en este procedimiento se reduce la abertura vaginal mediante el corte y la recolocación de los labios menores y/o mayores, con o sin separación del clítoris. En caso de quedar en embarazo, se debe practicar el proceso de la desinfibulación, en este se hace la apertura de los labios para permitir el parto natural.

Tipo 4: Cualquier procedimiento dañino de los genitales femeninos con fines no médicos, tales como la punción, perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.

Existen múltiples efectos en la salud a corto y largo plazo, algunos de ellos son: dolor intenso, hemorragia, inflamación de genitales, problemas urinarios, Tétanos, problemas sexuales y trastornos psicológicos.

 Si lo planteamos en cifras con base en la OMS y en el informe más reciente de la UNICEF Female Genital Mutilation/Cutting: A Global Concern Concern (Mutilación/ablación genital femenina: una preocupación mundial), alrededor de 140 millones de niñas y mujeres han sido sometidas  a algún tipo de amputación, así como 91,5 millones de mujeres y niñas mayores de nueve años se ven afectadas por esta práctica en África y la mitad de ellas se concentra en tres países Egipto, Etiopía e Indonesia.

Imagen de Welcome to all and thank you for your visit ! ツ en Pixabay

En aproximadamente 30 países se practica la MGF, en donde dos de ellos se posicionan entre los cuatro con el mayor número de muertes maternas a nivel mundial; cinco de los países en los cuales se lleva a cabo esta práctica registran tasas de mortalidad materna por cada 100.000 nacidos vivos, fallecen 550, y cuatro de estos países registran que, por cada 100.000 niños nacidos vivos, 550 fallecen.

Entre estos países también se encuentra Colombia, la comunidad indígena Emberá quedó al descubierto en el año 2007 “por la muerte de dos niñas que tuvieron una infección en su zona genital tras ser sometidas a una práctica ancestral conocida como el ‘corte de callo’, entre los emberás, un ritual en el que se extirpa el clítoris a las mujeres con una cuchilla caliente, de acuerdo al especial Mutilación genital en mujeres emberá: una cicatriz que no desaparece del periódico El Tiempo.

Existen razones religiosas y culturales con los que la ablación es justificada en las comunidades que se realiza, por ejemplo en etnias como los Dassanech en África, es uno de los rituales de mayor importancia y lo ‘celebran’ con la hija mayor de cada familia, consideran que cada clan tiene un poder especial, en caso de no hacer el ‘Dimi’ como ellos lo llaman, dicho poder los matará, en otras como los Emberá, se realiza el corte para evitar que los órganos femeninos alcancen el tamaño de los masculinos.

“La mutilación genital femenina difiere entre regiones y culturas, y hay algunas formas que implican riesgos potencialmente mortales para la salud. En todos los casos, la mutilación genital femenina viola los derechos de las niñas y las mujeres. Todos debemos acelerar esfuerzos –los gobiernos, los profesionales de la salud, los líderes comunitarios, los padres y madres, y las familias– para eliminar la práctica”, Geeta Rao Gupta, Directora Ejecutiva Adjunta de UNICEF.

Esto representa socialmente un problema de desigualdad de género, ya que con ello también se limita la sexualidad, la toma de decisiones frente a su propio cuerpo y crea graves problemas psicológicos. Para frenar este fenómeno la UNFPA y UNICEFF, crearon en el 2008 el programa mundial conjunto para poner fin a la mutilación genital femenina.

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