Marta Borrás, Bruselas, 22 dic (EFE).- Miles de camioneros españoles están bloqueados por el cierre de la frontera entre Francia y Reino Unido debido a la nueva variante de coronavirus, una situación que preocupa a la patronal hortofrutícola, que pide la apertura de corredores verdes, explicó este martes en una entrevista a Efe el presidente de Frutas y Hortalizas Europa (EUCOFEL), Juan Marín.
EUCOFEL considera “muy sorprendente y preocupante” la decisión de Francia de cerrar sus fronteras sin aviso previo en una semana de gran importancia por la proximidad de las fiestas navideñas.
“Hasta el sábado todo funcionaba con normalidad. Los problemas surgieron el domingo”, cuando las autoridades galas emitieron una circular de aplicación inmediata, dice Marín.
“No entendemos la decisión”, añade.
Sólo desde España -primer proveedor hortofrutícola del Reino Unido- se estima que cada semana parten hacia las islas alrededor de 2.500 camiones frigoríficos.
A ello se suma el tráfico procedente de otros países europeos, como Italia, Francia y Holanda, y con todos ellos se llega a unos 10.000 camiones semanales.
¿UNAS NAVIDADES EN LA CARRERERA?
Los vehículos se encuentran bloqueados tanto en Reino Unido como en Francia y sus conductores están desorientados, con carga que corre el riesgo de no llegar en buenas condiciones y sin saber siquiera si podrán regresar a sus casas para las fiestas navideñas, según Martín.
“Hay colas de 50 o 60 kilómetros”, explica el presidente de EUCOFEL y añade que la preocupación “ya no es por las mercancías sino por las personas”, que necesitan “al menos 72 horas” para regresar a sus casas.
La patronal ha mantenido contactos en los últimos días con el Ministerio español, así como con la embajada francesa y Bruselas para que busquen soluciones rápidas.
Piden en particular que se creen líneas especiales que permitan circular de manera prioritaria a los productos perecederos, frente a otros como los zumos o los congelados.
Además, dice Marín, si se somete a los transportistas a pruebas de coronavirus, es importante que sean tests rápidos y no PCR, mucho más trabajosos y lentos, lo que prolongaría el caos.
El sector en pleno cuestiona la viabilidad de hacer PCR a los transportistas antes de su regreso.
Marín se refiere asimismo al “problema” de los camiones que se han quedado en Calais (Francia) y no se atreven a entrar en Reino Unido por si se quedan atrapados, y esperan a que se les de garantías.
PÉRDIDAS QUE PUEDEN SER “ASTRONÓMICAS”
El bloqueo está afectando sobre todo a los cítricos, el tomate y verduras como el brócoli, el calabacín, las coles, el apio o la berenjena.
En estos momentos muchos productores han dejado ya de preparar nuevos envíos, a la espera de que se resuelva la situación.
“Tenemos mucho producto metido en cámara. Pero hay una parte que habrá que tirar o no recolectar”, explica.
Para Marín los transportistas, que este año han trabajando sin interrupción incluso durante al principio de la pandemia de Covid-19, no merecen esta situación.
Los productores hortofrutícolas europeos consideran la campaña de Navidad, focalizada en diciembre y en la primera semana de enero, es crucial y de ella depende la cuenta de resultados del conjunto del año.
De prolongarse el bloqueo sólo unos días más, buena parte de esa fruta y verdura que espera poder acceder al Eurotúnel o a los ferris camino del mercado británico podría comenzar a deteriorarse o, en el mejor de los casos, será desviada a otros destinos, lo que inevitablemente provocará nuevas distorsiones en el mercado comunitario de productos frescos.
Las pérdidas, alertan los productores, podrían ser astronómicas.
EL EJEMPLO NORUEGO
La intensidad del tráfico hacia las islas ya se había acelerado durante toda la semana pasada para adelantarse al Brexit y a los picos de demanda habituales en las fiestas navideñas, provocando ya entonces colas kilométricas y retrasos en el cruce terrestre del Canal de la Mancha.
Con vistas al 1 de enero, cuando se consumará la salida británica de la UE, Marín dice que los productores están trabajando para facilitar los trámites burocráticos.
Advirtió además de que, de no haber un acuerdo sobre la futura relación con el Reino Unido, los productos soportarán aranceles que los productores “no tienen margen” para asumir y terminarán repercutiendo sobre el consumidor.
“Dependemos de las máximas autoridades de la UE y del Reino Unido. Parece que estamos cerca (del acuerdo)”, dice Marín.
La manera de trabajar con Noruega, que no es un país de la UE, demuestra que se puede mantener un comercio fluido, considera. EFE
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