Por Maria Alejandra Tangarife Toro | 13/05/2021.
Siempre fuerte, cálido y diverso es el amor materno. Y si bien todas las relaciones entre madres e hijos o hijas son diferentes hay algo en ese lazo que, aunque pueda ser caótico, cultiva también momentos de verdadera humanidad.
Para Xavier Dolan, el cineasta canadiense, el amor maternal es como un contrato que en ocasiones intenta poner condiciones, pero termina por ceder al cariño y a la compañía incondicional. Pues en Mommy, su película dirigida en el 2014, Diane lucha contra la tentación de entregar a su hijo Steve a un sistema de salud que, facilitado por una nueva ley, promueve la internación de jóvenes con “problemas” de conducta.
En este filme, Steve es un personaje desafiante, movido por la diversión y la transgresión y además, diagnosticado con síndrome de déficit de atención e hiperactividad; lo que suma muchos momentos tormentosos e incluso violentos a la relación con su mamá.
Durante la película ambos personajes sufren un arco de cambio que magníficamente es representado en un momento por la apertura del encuadre en la relación de aspecto, que al iniciar está en 1:1 y cambia a 16:9 cuando Steve empuja los extremos del encuadre hasta llegar a esa proporción.
Relacionado a ello, en la película Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar, la protagonista, Manuela, experimenta también un cambio en la forma de percibir la vida, pues desde la pérdida de su hijo a los 17 años, atraviesa un camino en el que el concepto de la soledad se transforma. En esta obra los sentimientos y la sensibilidad humana están presentes todo el tiempo y pone desde otro punto de vista temas como el género, lo femenino y lo materno; pues incluso una de las premisas que termina por transmitir es que todas las personas están conectadas con su lado maternal.
De cualquier forma, aunque la primera película fue grabada en Canadá hace solo 7 años, mientras que la otra fue producida en España hace más de 20, ambas ponen en el centro el enigma de ser madre, las contradicciones, el amor, los errores, la compañía o la soledad, la libertad y el condicionamiento. Ambas reflejan el carácter implacable de aquellas que deciden ser mamás y la diversidad de relaciones que de esa decisión pueden nacer.
