Por Raúl Camilo Sánchez Parada | 09/10/2021.
Mucha gente piensa que las monjas son mujeres que simplemente van a la iglesia a orar a Dios y acompañar al padre en las eucaristías, pero esta historia es bien particular, ya que se trata de las “hermanas del Valle”, quienes no tienen vinculación con este tipo de actividades y mucho menos con la religión.
Estas monjas son activistas en favor de las plantas de origen medicinal y es demasiado parecido a una congregación: realizan votos y viven bajo las reglas y las creencias de la iglesia.
Las “hermanas del Valle” son un colectivo de aproximadamente 30 mujeres, quienes se dedican a preparar todos sus productos a base de la marihuana, en el Valle Central de California.
Desde el 2009 se inició esta idea gracias a la hermana Kate, en donde se fundó el colectivo llamado Cannabis sin fines de lucro y que posteriormente abrió sus puertas al público en el año 2010.
Catherine Meussen, mejor conocida como Kate, es una mujer de ascendencia alemana y holandesa y antes de crear esta organización se dedicaba a realizar asesoría financiera para sostener a sus 3 hijos como madre soltera.
De esta forma Kate y su hermano decidieron crear este colectivo, con el ánimo de cultivar marihuana de uso medicinal, y de manera sigilosa empezaron a hacer un emprendimiento, a pesar de que las autoridades no reconocieran que su negocio era legal.
Pero lo cierto es que varias mujeres del colectivo las “hermanas del Valle” han inspirado el tema de la legalización de las drogas a través de su organización, la cual le ha dado sentido de pulcritud, de honestidad y devoción a la gente que ha estado pendiente de todo su trabajo.
Al no ser monjas en el sentido estricto, no realizan votos católicos, pero sí tienen algunos propios:
No a una religión o a un dios; se comprometen a brindar servicios a la gente que sufre, a vivir con simpleza, a respetar la naturaleza y a los ciclos de la luna; incluyen un voto de castidad, lo cual no necesariamente implica el celibato y. finalmente, uno de sus votos más importantes es el de activismo: ellas se comprometen a pasar varias horas por semana luchando por distintas causas en sus comunidades.