Atenas, 3 jun (EFE).- El Santo Sínodo de la iglesia ortodoxa griega rechazó este miércoles el yoga debido a que, según sus normas, su práctica habitual “es incompatible con la fe cristiana” y ni siquiera lo considera un deporte.
En su alegato, que nace de la recomendación del yoga como método para reducir el estrés por parte de algunos medios de comunicación durante el confinamiento, la iglesia considera que el yoga ni es una actividad deportiva ni lúdica, sino que se trata de una práctica que “cuenta con actos de adoración a otras religiones”.
“El yoga es parte fundamental del hinduismo. No tiene lugar en la vida de los ciudadanos cristianos”, afirmó la cabeza de la iglesia griega.
Esta polémica se suma a otras controversias derivadas de la postura adoptada por la iglesia ortodoxa griega desde el inicio del confinamiento, con los jerarcas respondiendo con reticencia a la cuarentena y al distanciamiento social impuesto por el Gobierno, que cerró las misas al público, incluidas las de Pascua.
La reapertura de las iglesias se produjo a mediados de mayo, con misas al aire libre y el distanciamiento necesario entre feligreses.
Sin embargo, se siguió practicando sin tomar medidas de higiene extraordinarias la eucaristía, siguiendo el rito tradicional: se toma de una cuchara de plata vino y migas de pan, que representan la sangre y el cuerpo de Cristo.
Así, en cada misa decenas de personas que acuden a recibir la comunión chupan una misma cuchara, que no se desinfecta entre medias, porque la iglesia sostiene que Cristo no puede ser una fuente de contagio ni del COVID-19 ni de ninguna otra enfermedad.
No es la primera vez que la iglesia ortodoxa griega hace este tipo de afirmaciones hacia el yoga. Ya negó su condición de ejercicio físico y condenó su incompatibilidad con la vida cristiana en 2014, con motivo de la instauración de su Día Internacional el 21 de junio. EFE
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