Alfredo Valenzuela, Sevilla (España), 14 ene (EFE).- El califa Abderramán III era pelirrojo y tenía la piel muy blanca porque su madre era vascona, e Isabel la Católica nunca descuidó su higiene, contra lo que señala el tópico, porque si la Historia de España está llena de tópicos también está repleta de curiosidades que en algún caso lo son, precisamente, por contradecir esos tópicos.
Ese espíritu de rigor histórico y de no repetir lugares comunes ha alentado a los autores de “Curiosidades de la Historia de España para padres e hijos” (Edaf), un volumen ilustrado que recorre desde la antigüedad hasta el siglo XIX a base de breves epígrafes, algunos de sólo un párrafo que ofrecen una visión a veces inaudita de la historia de España.
Los autores son el historiador Fermín Valenzuela, de 31 años, el ingeniero y militar Manuel Ángel Cuenca, de 31 años, y la ilustradora Gloria Cuenca, de 36, quienes también crearon el proyecto editorial “Gestas de España”, del que ya se han publicado varias entregas, también consagradas a la difusión de la historia española.
Fermín Valenzuela ha dicho a Efe que han tratado de suscitar el interés de los lectores sobre la Historia de España partiendo de “datos poco conocidos” o simplemente “detalles” que suelen pasar desapercibidos en otras obras históricas.
Igualmente optaron por contradecir “tópicos sin base real” que acompañan determinados periodos históricos o aportar información a situaciones históricas que tradicionalmente se han dado a conocer “de forma poco precisa”.
En algunos casos, “hay un desfase entre lo que es históricamente cierto y lo que se ha difundido popularmente”, según Valenzuela, quien ha asegurado que “Curiosidades de la Historia de España para padres e hijos” trata de “profundizar en la historia de España y matizar esa visión” superficial que se tiene en ocasiones.
También trata de ser “un toque de atención” para quienes se interesen por la historia, ya que ha considerado que la de España cuenta con demasiados “acontecimientos y personajes cuya imagen no se ajusta al rigor histórico”.
Además de los ejemplos de una desaseada Isabel la Católica o de Abderramán III, que era tan pelirrojo que gustaba de teñirse de negro y que tampoco fue una excepción porque el primer rey nazarí de Granada Muhammad I fue conocido por “Alhamar”, que significa “el rojo” por el color de su pelo, Fermín Valenzuela aclara que España también tuvo sus propios corsarios, aunque estos sean menos conocidos que los ingleses, franceses y holandeses.
El libro consta de cinco capítulos, uno de ellos titulado “Derribando mitos”, y sus muchos epígrafes tienen un nexo o un “conductor”, un personaje histórico como el escritor español Francisco de Quevedo, quien se dirige directamente al lector y le va guiando de un capítulo a otro.
Fermín Valenzuela ha asegurado que de todos los personajes posibles de la Historia de España eligieron a Quevedo por ser un gran escritor y por ser uno de los personajes más significativos del Siglo de Oro, quien además cosechó fama de “lenguaraz” por abordar cualquier asunto sin demasiadas trabas, y porque ya en su época defendió a España y su historia de los tópicos que ya la atosigaban.
El historiador ha señalado que muchos de los tópicos a los que Francisco de Quevedo se enfrentó acabarían formando parte de la denominada Leyenda Negra, junto a otros elementos propagandísticos de las potencias enemigas del imperio español.
Valenzuela ha querido concluir mencionando a otro personaje del libro, una mujer como Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII, de gran capacidad intelectual y dotes de Gobierno, considerada la primera embajadora de la historia de España y que llegó a actuar como regente en ausencia de su marido. EFE
av/vg/lml