Por Eduardo Frontado Sánchez
Hablar de inteligencia artificial en la actualidad despierta en mí lo que llamo «miedo a lo desconocido». Existen diversos temores lógicos hacia esta nueva evolución tecnológica y, en muchos casos, se teme que sea utilizada como una herramienta de control en lugar de ser vista como una herramienta futurista y agente de cambio.
Según Marc Vidal, consultor, conferencista y escritor especializado en tecnología, transformación digital y estrategia empresarial, la verdadera libertad para los seres humanos se encuentra en el uso de las herramientas tecnológicas. Sin embargo, al igual que con cualquier cosa en la vida, debemos tener el criterio suficiente para saber cómo utilizarlas correctamente, en lugar de perjudicar a la sociedad.
En mi caso particular, la tecnología representa una herramienta vital, ya que se convierte en mi pasaporte de comunicación escrita con el mundo. En este punto, me atrevo a citar a Mary Pat Radabaugh, directora del Centro de Soporte de IBM para Personas con Discapacidad, 1988, quien afirmaba que, para las personas regulares en la sociedad, la tecnología hace las cosas más fáciles, pero para las personas con habilidades distintas, la tecnología hace las cosas posibles.
En el ámbito empresarial, no creo que la inteligencia artificial represente despidos masivos. Por el contrario, considero que la inteligencia artificial ofrece la posibilidad de romper paradigmas, permitiendo definir una empresa con una nueva estructura donde los colaboradores podamos ser cada vez más humanos y empáticos con nuestro entorno. Los procesos que sean computables o manejados a través de tecnología se automatizarán, pero esto no implica una pérdida de empleos, sino una redefinición de roles.
Por lo tanto, estoy totalmente a favor de todas las herramientas y cambios que beneficien a los seres humanos. Creo que el mayor aprendizaje que nos dejó la pandemia es la necesidad de ser cada vez más humanos y solidarios con los demás. Sin embargo, debemos hacer un buen uso de la tecnología para que se convierta en una herramienta de inclusión, donde entendamos que lo diferente es lo que nos une y lo humano es lo que nos identifica.
Definitivamente la inteligencia artificial representa una oportunidad de evolución humana. Si la utilizamos de manera responsable y ética, puede ser una aliada poderosa en nuestro crecimiento personal y colectivo. No debemos temerle, sino abrazarla con la convicción de que podemos hacer de ella una fuerza positiva que nos impulse hacia un futuro más inclusivo y humano.
(Tomado de pantallazosnoticias.com.co)