Ginesta: “En el deporte la vertiente industrial ya supera al romanticismo”

Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay

 

Sergi Escudero, Barcelona, 14 ago (EFE).- Xavier Ginesta (Balenyà, 1983), periodista y profesor de mercadotecnia deportiva en la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya, explica en su nuevo libro, ‘Les multinacionals de l’entreteniment: futbol, diplomacia i tecnologia’ (Las multinacionales del entretenimiento: fútbol, diplomacia y tecnología), publicado por la Editorial UOC, que los grandes clubes deportivos se han convertido en multinacionales del entretenimiento.

Estos siguen una lógica capitalista que pone contra las cuerdas el romanticismo del aficionado y el respeto a sus propias historias. Ginesta explica en esta entrevista con EFE que la crisis del coronavirus ha servido para hacer más evidente este cambio de paradigma.

Pregunta: Dos de los postulados principales del libro son la transformación de determinados clubes en multinacionales del entretenimiento y la conversión del aficionado en consumidor. ¿Estos se han hecho más evidentes con la crisis del coronavirus?

Respuesta: Lo demuestra el hecho de que ciertas competiciones se hayan tenido que terminar sí o sí, como la mayoría de ligas europeas masculinas de fútbol o ahora mismo la Champions League, y en cambio, otras competiciones como la Primera División femenina de fútbol o la OK Liga de hockey patines se hayan suspendido sin ningún tipo de miramientos. Esto pone en evidencia que en el deporte ya pesa más la vertiente industrial que el romanticismo. Las competiciones que han finalizado son las que siguen en mayor medida una lógica capitalista.

P: Es decir, que la finalización de las competiciones sobre todo tiene un matiz económico.

R: Se dice que las pérdidas por el coronavirus hubiesen sido de 600 millones de euros para LaLiga si esta no hubiese terminado. En el momento que una pandemia como la Covid-19 ha impactado directamente en la industria del fútbol ha quedado en evidencia que este no es tan solo un deporte.

P: Según ‘World Football Summit’, si fuera un país el fútbol sería la decimoséptima economía mundial.

R: Sin ir más lejos, en España la industria del fútbol supone un 1,3% del PIB. Es una barbaridad. Para hacer una comparación, la industria del turismo, que tanta importancia tiene en España, representa el 15%.

P: En el libro también explica las consecuencias que origina el hecho de que unos medios de comunicación determinados posean los derechos televisivos de clubes y competiciones. Entre ellas, que el periodismo tenga muchas más dificultades para ser crítico y acceder a las fuentes de información. Durante la pandemia muy pocos periodistas están pudiendo entrar en los recintos deportivos.

R: El fútbol es un vector de la estrategia de negocio de determinadas compañías de medios de comunicación y se convierte en esencial para buscar nuevas vías de negocio con las que fidelizar nuevos públicos. En el modelo norteamericano ha habido grandes empresas de comunicación y franquicias que han creado unas particulares simbiosis entre ellas porque pertenecían a la misma persona. En Europa, donde la relación entre los clubes y los medios de su entorno tradicionalmente ha tenido unas complicidades diferentes, esto se vivió cuando Silvio Berlusconi fue el propietario del Milan y además poseía el conglomerado Mediaset.

P: ¿En estas situaciones los demás medios pasan a tener prácticamente un papel irrelevante?

R: Es evidente que entre estos clubes y medios del mismo propietario se crean unas sinergias mucho más contundentes que entre los medios que por un simple interés informativo van a llamar a la puerta de estos clubes. Los expertos mundiales te dicen que la teoría es que a medida que el mercado del entretenimiento se va agrupando en conglomerados que, entre otras cosas controlan un medio y una franquicia que necesita de este medio para poder tener posicionamiento mediático, lo que se produce a largo plazo es un bloqueo del acceso a la información por parte de esos medios que no forman parte de estos conglomerados.

P: ¿En Europa cuál es ahora la situación?

R: En Europa se ven una serie de tendencias y sinergias que en la medida que los clubes de fútbol vayan participando en un mercado global del entretenimiento controlado por grandes holdings provocarán que haya medios que tengan más acceso a la información que otros. Por lo tanto, se generarán medios de primera y de segunda en el entorno de los clubes. La industria del fútbol parte de una lógica monopolística.

P: Además, los clubes crean sus propios contenidos, los cuales la mayoría de medios reproducen acríticamente. El proyecto Barça TV+ es uno de los últimos ejemplos en este sentido.

R: Es un fenómeno que se viene dando desde inicios de los 2000. El Manchester United fue el primero que creó una televisión con Manchester United International. Pero clubs como el Barça o el Real Madrid se han dado cuenta de que convirtiendo los gabinetes de comunicación en fábricas de contenidos y aprovechando el mundo digital para superar las barreras tradicionales que había entre los aficionados y el propio club rompen la dependencia mediática que tenían con los medios de comunicación. Ahora los grandes clubes no necesitan a los medios y pueden proyectar directamente la imagen que ellos quieren sin ningún intermediario y, muchas veces, logrando más audiencia.

P: Esta creación de contenidos es una de las actuales vías de negocio de los clubes que está en crecimiento. ¿Cuáles le acompañarán en el futuro?

R: A nivel teórico los clubes tienen la necesidad de sobreponerse a la dependencia de los derechos televisivos y los ingresos por ‘matchday’ (día de partido) se presentan como una fuerte vía de negocio que algunas ligas ya exploraron con mucho éxito antes de la Covid-19. Los estadios quieren ser ‘business approach’ (enfoque de negocio), uno de los grandes propósitos de las actuales remodelaciones del Camp Nou y el Santiago Bernabéu. El problema es que todo esto con la pandemia se ha roto.

Pero tengo la sensación de que una vez la situación sanitaria mejore habrá que replantear el asunto, darle importancia a un nuevo vector de posicionamiento de los estadios, la seguridad, y seguir apostando por esta vía de negocio para complementar las dos anteriores: los derechos televisivos, que están muy cerca del colapso, y los derechos de marketing, que dependen del posicionamiento de marca. Este puede provocar que el día que el Barça deje de ganar o no tenga a Leo Messi se encuentre con un problema. EFE
sej

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