
Adís Abeba, 18 jun (EFE).- El Gobierno de Etiopía aseguró hoy que se han producido avances sobre «problemas técnicos» en las negociaciones para resolver el contencioso de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) en el Nilo Azul, si bien se suspendió el diálogo previsto para este jueves, a petición de Sudán.
«Los problemas técnicos más destacados se han resuelto mediante la negociación», afirmó el ministro etíope de Agua, Irrigación y Energía, Seleshi Bekele, en un comunicado.
Esos progresos están relacionados con la seguridad de la presa, el primer llenado, su actuación a largo plazo, el intercambio de información y los estudios ambientales, entre otras cuestiones.
Pese a ese avance, «la finalización completa de la negociación requerirá la resolución de problemas legales», matizó Bekele, tras la reunión ministerial del miércoles, en la que hubo observadores de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Sudáfrica, que ejerce este año la presidencia de turno de la Unión Africana (UA).
«La delegación de la República de Sudán pidió informar del progreso y buscar la orientación del primer ministro de Sudán (Abdalla Hamdok)», según la nota oficial.
Agregó que «la reunión concluyó con un acuerdo para continuar la negociación después de que Sudán tenga su consulta», sin dar fechas para reanudar el diálogo.
El comunicado se divulgó después de que el pasado martes Etiopía recriminara a Egipto por pedir la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU en la disputa, en una nueva escalada de tensión diplomática entre ambos países.
La presa que construye Etiopía ha sido fuente de tensión con Egipto desde hace casi una década, pero las negociaciones sobre su llenado han tensado aún más la relación bilateral.
La GERD, que está valorada en 4.500 millones de euros y será la presa hidroeléctrica más grande de África, se edifica desde 2011, pero sus progresos se han acelerado recientemente, ya que los directores del proyecto prevén empezar a llenarla este julio.
El temor al fracaso de las conversaciones en curso es cada vez mayor, pues ni Etiopía ni Egipto parecen querer hacer concesiones.
Egipto desea que Etiopía no empiece a llenar los 74.000 millones de metros cúbicos de los embalses detrás de la presa y considera que se trata de una cuestión de «seguridad nacional», ya que teme que el proyecto reduzca notablemente el caudal que le llega del Nilo, del que obtiene en torno al 90 % del agua dulce que consume.
Etiopía empezó la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope para garantizar recursos hídricos al país del Cuerno de África y, además, planea exportar electricidad para generar riqueza e impulsar su desarrollo.
Egipto, Etiopía y Sudán acordaron en 2015 que la construcción de la presa no debía afectar a la economía, al caudal del río y a la seguridad hidroeléctrica de ninguno de los tres Estados ribereños, pero desde entonces han predominado las desavenencias.
Las negociaciones se retomaron la semana pasada, después de que Etiopía se negara en febrero a acudir a la mesa de diálogo en Washington, donde desde finales de 2019 se desarrollaban las negociaciones con la mediación de Estados Unidos y el Banco Mundial.
Etiopía, Sudán y Egipto han estado en desacuerdo sobre el llenado y la operatividad de la Gran Presa del Renacimiento de Etiopía que Addis Abeba construyendo en el Nilo Azul, un río que desemboca en el Nilo. EFE
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