Espacios libres de acoso y paridad salarial, la consigna de las “Rec Sisters”

BOG200. BOGOTÁ (COLOMBIA), 13/08/2020.- Fotografía cedida hoy, por Rec Sisters de sus integrantes mientras posan, en Bogotá (Colombia). Trabajadoras del sector audiovisual colombiano se unieron con el fin de buscar espacios “libres de todo tipo de acoso” y conseguir “paridad salarial”, para lo cual se han educado en temas como “violencia de género, procesos jurídicos y procesos sicológicos”. EFE/ Rec Sisters SOLO USO EDITORIAL/NO VENTAS

 

Jorge Gil Ángel, Bogotá, 13 ago (EFE).- Trabajadoras del sector audiovisual colombiano se unieron con el fin de buscar espacios “libres de todo tipo de acoso” y conseguir “paridad salarial”, para lo cual se han educado en temas como “violencia de género, procesos jurídicos y procesos sicológicos”.

Bajo el nombre de “Rec Sisters”, que hace referencia a la función de “grabar”, en inglés, y a la sororidad, este colectivo comenzó a trabajar hace año y medio, pero nació oficialmente el pasado 8 de marzo y desde entonces ha realizado acciones para prevenir, detectar y atender casos de acoso y abuso en el sector.

“Somos un grupo de mujeres trabajadoras del gremio audiovisual en Colombia que nos unimos con la finalidad de empezar a trabajar por espacios de trabajo respetuosos, libres de todo tipo de acoso, y espacios seguros para nosotras y para lograr una paridad salarial”, cuenta a Efe la realizadora audiovisual Mónica Juanita Hernández, quien hace parte de las Rec Sisters.

Según una encuesta que hizo el año pasado el colectivo, para la que entrevistaron a 147 mujeres, todas dijeron que “habían sufrido alguna clase de abuso sexual laboral o de acoso laboral en sus espacios de trabajo”.

“Entre estas 147 mujeres encontramos que tres han sido víctimas de acceso carnal violento por parte de algún compañero o jefe. Eso nos motivó a darnos cuenta de que necesitábamos hacer algo más, que la red no se podía quedar ahí y que teníamos que empezar a trabajar por más cosas”, detalla Hernández.

 

EL CASO DE CIRO GUERRA Y SUS REPERCUSIONES
En Colombia, el tema del acoso en el sector audiovisual estalló en junio pasado cuando ocho mujeres acusaron al cineasta Ciro Guerra, cuyo filme “El abrazo de la serpiente” (2015) estuvo nominado al Óscar a mejor película de habla no inglesa, de acoso sexual en hechos ocurridos entre 2013 y 2019.

Según un reportaje publicado por la revista Volcánicas, siete mujeres denunciaron que fueron acosadas por Guerra, también guionista y productor de cintas como “Los viajes del viento” y “Pájaros de verano”, mientras que una dijo que fue víctima de “abuso sexual”.

“Esto trasciende más allá de Ciro (…) Lo que ha resultado de que el caso de Ciro se haya vuelto mediático, y que nosotros lamentamos mucho, es que hemos vuelto a poner a las víctimas en una posición de exigirles que tienen que darnos sus caras para que les creamos, o que encima de su dolor y su afectación física y sicológica está el nombre de una persona”, expresa Hernández.

Igualmente cuestionó que los abogados de Guerra iniciaran acciones legales contra las periodistas de Volcánicas que publicaron los relatos bajo el argumento de “proteger y restablecer los derechos a la honra, dignidad y buen nombre del cineasta”, algo que la realizadora audiovisual considera que desvía el debate porque “en ningún momento se ha pensado en las víctimas”.

“Ahí lo que nos cuestionamos un poco es por qué el buen nombre o la reputación del hombre es más válido que el de las mujeres. Si hablásemos de números, Ciro es una persona y tenemos ocho denuncias”, expresa.

Agrega: “¿Por qué nuevamente vuelve a valer más la voz del hombre que la de la mujer? ¿Por qué tenemos que revictimizar a la mujer y pedir que muestren sus caras o sino no les creemos? Esto ha sido muy desafortunado, nosotros desde el colectivo hacemos un llamado al diálogo y a la reflexión”.

 

TRES PILARES DE ACCIÓN
Con la mirada puesta en ser una red de apoyo entre las mujeres, las “Rec Sisters” se educaron en temas como “violencia de género, procesos jurídicos, procesos sicológicos”, lo que las llevó “a la necesidad de querer saber cómo estaba realmente el gremio en Colombia en cuanto a violencia de género y paridad”.

Es por ello que el colectivo trabaja en “tres pilares fundamentales”, el primero de los cuales es el de la prevención.

“Aquí acogemos todos los procesos de formación, que van de la mano con charlas, decálogos con nuevas prácticas, manual de buenas prácticas entre compañeros y videoconferencias donde podemos empezar a formar no solamente a las mujeres sino a los hombres respecto a lo que es o no es acoso sexual o laboral o abuso de poder”, explica.

Según Hernández, por la “cultura tan patriarcal” que existe dentro del gremio, hay “muchísimas conductas naturalizadas o normalizadas, entonces muchas veces los hombres estaban siendo abusadores o acusadores casi sin darse cuenta porque para ellos es natural”.

El segundo pilar es el de la detección, con el que buscan identificar “los posibles espacios de trabajo o los posibles hombres o mujeres que estén siendo víctimas o victimarios dentro de nuestros espacios laborales”.

“La idea es hacer una detección temprana de una serie de conductas que pueden más adelante repercutir en cosas más grandes, lo que nos lleva a poder entablar un diálogo directo con estas personas (…) para evitar abusos y acosos de mayor gravedad”, afirma.

El último es el de la atención que, explica Hernández, “es ya la recepción directa de denuncias de víctimas sean hombres o mujeres que hayan sido acosados o abusados dentro de sus espacios laborales”.

“Es hacerles un acompañamiento jurídico, sicológico, o si lo que ellas quieren es entablar un diálogo directo en un proceso de reparación con su victimario o victimaria acompañarlos en todo este proceso”, resalta.

Es por ello que para Hernández, quien fue asistente de dirección durante 12 años y ahora produce y dirige proyectos en su propia empresa, “este momento llegó y no va a parar”.

“No vamos a parar hasta que logremos conseguir los espacios seguros, hasta que estemos tranquilas en los rodajes, hasta que podamos llegar a los sets y vestirnos de cualquier manera sin necesidad de sentir miradas extrañas de nuestros compañeros”, concluye. EFE
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