COMUNICADO 088 de la JEP
La Sala de Reconocimiento de Verdad se reunió con 82 autoridades indígenas del pueblo Eperara Siapidara y afrocolombianas de la costa pacífica caucana. Durante los encuentros, la JEP realizó dos talleres de pedagogía y de coordinación intercultural e interjurisdiccional sobre el Caso 09, que investiga los crímenes no amnistiables contra pueblos y territorios étnicos.
A través de estos encuentros, que se llevaron a cabo en Guapi y Timbiquí, en el Cauca, la JEP fomentó espacios que permiten garantizar la participación de los pueblos indígenas y afrocolombianos. De acuerdo con la magistrada Xiomara Balanta, correlatora del Subcaso Buenaventura, Dagua, Timbiquí, Guapi y López de Micay, se trata de reconocer su autonomía y concertar rutas que fortalezcan sus vocerías en el proceso judicial.
La construcción de este relacionamiento entre las justicias propias étnicas y la JEP busca forjar caminos para llevar a la práctica los enfoques diferenciales étnico y racial que debe aplicar la Jurisdicción Especial para la Paz. Además, la JEP aplica enfoques de género; mujer, familia y generación; territorial; niños, niñas y adolescentes; personas con discapacidad y adultos mayores. “Estas no son audiencias, son encuentros de diálogo horizontal en los que queremos venir al territorio y contarles lo que está pasando en el Caso 09. Construir una ruta de cómo nos vamos a relacionar, cómo nos vamos a comunicar”, explicó la magistrada Balanta.
Estos encuentros, por ejemplo, permitirán determinar: ¿a quién o a quiénes se deberá enviar información sobre los avances en la investigación del Caso 09?, ¿Con quiénes deberá entablar diálogo la JEP cuando llegue el momento de profundizar sobre temas de violencia sexual y basada en género?, ¿Cómo debe proceder la magistratura cuando uno de los investigados en el territorio sea afrocolombiano o indígena?
Durante los encuentros, la JEP les explicó a las comunidades que el Caso 09 se encuentra en etapa de priorización. “Las víctimas se pueden acreditar para participar como intervinientes especiales en el proceso judicial”, explicó un vocero del Departamento de Atención a Víctimas. “En la JEP existen las acreditaciones individuales y colectivas. Estas últimas pueden ser por pueblo indígena, por consejo comunitario o por una organización de segundo nivel que las agrupe a ellas”, les explicó, por su parte, un vocero del Sistema Autónomo de Asesoría y Defensa a víctimas.
De un total de 70 informes recibidos por la JEP que dan cuenta de victimizaciones a pueblos étnicos en el Pacífico medio, 14 provienen de los municipios de Guapi y Timbiquí. “Esperamos que no sea la última y que podamos seguir en este trabajo”, expresó una de las mayoras Epedara Siapidara que participó en los encuentros. El Caso 09 priorizó 4 territorios: 1) Sierra Nevada de Santa Marta y zonas de influencia; 2) Buenaventura, Dagua, Guapi, Timbiquí y López de Micay; 3) Amazonía y Orinoquía y 4) Chocó.
Diálogo en la tierra del Naidí
Cerca de la frontera con Nariño, donde las cosechas de Naidí (açaí) forman parte esencial de la identidad guapireña, se llevó a cabo el primer encuentro con las autoridades étnicas. Hasta allí, a orillas del caudaloso río Guapi, muy cerca del Océano Pacífico, llegaron los voceros de la Mesa Étnica Territorial de Paz, la Fundación Chiyangua: Mujer, Cultura y Territorio; de la Asociación Étnica y Cultural de Mujeres de Chonta; Asoconguapi; la Plataforma de Juventudes de Guapi, Cococauca; así como los consejos comunitarios de Guapi Abajo, río Napi, Alto Guapi, San Francisco, río Guaguí.
En el encuentro, que inició con una armonización en la que los participantes armaron un centro espiritual con instrumentos musicales, de pesca artesanal y canastos tejidos por mujeres del territorio, las autoridades indígenas solicitaron tener en cuenta el enfoque étnico en el proceso judicial. Con el respaldo del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), los y las representantes de los resguardos de Bellavista y Partidero, cobijados en las asociaciones locales Aciesca y Azbescac, le solicitaron a la JEP atender las particularidades del pueblo Epedara Siapidara.
Romilio Tobar, gobernador del pueblo Eperara Siapidara de Guapi, ajustó su sombrero, dio un paso al frente y señaló: “Pido que por la izquierda se vaya lo malo y que por la derecha entre lo bueno. Pido que este encuentro nos dé buenos frutos, pero primero debemos pedir permiso; así como nosotros los indígenas le pedimos permiso a la tierra para sembrarla”, explicó.
“Ese diálogo que vamos a comenzar entre los jueces de la JEP y nuestras autoridades tiene que ser de parte y parte. La justicia propia del pueblo Eperara siempre debe ser orientada por la Tachi Naweera”, agregó el gobernador, refiriéndose a la máxima autoridad espiritual de su pueblo indígena.
Música y autoridad ancestral en Timbiquí
El encuentro con las autoridades negras e indígenas en Timbiquí comenzó con los sonidos tradicionales de la región. Al son de tambores, marimbas y cantos, la agrupación Espíritu Balanta y Estrellas de Timbiquí armonizó la jornada en la que las tradiciones ancestrales y los modos de vida que las poblaciones fueron las protagonistas. “Nosotros venimos componiendo esta música desde nuestros ancestros y por eso la traemos aquí”, dijo uno de los músicos durante el encuentro con la magistrada Xiomara Balanta.
Por parte de las autoridades del Pueblo Epedara Siapidara, del municipio de Timbiquí, participaron representantes del Resguardo Calle Santa Rosa que está conformado por las comunidades de La Sierpe, Unión Malaga, San Isidro, Almorzadero y la Nueva Unión. También estuvieron representantes del Resguardo Guangí, integrado por las comunidades de San Francisco, Peña Tigre, Agua Clarita y Angostura. Entre los participantes también estuvieron los representantes del resguardo San Miguel del Infí del que hacen parte las comunidades del Nasareño y el Páramo. Todos solicitaron a la JEP adecuaciones lingüísticas para garantizar el acceso a la información con la presencia de un intérprete a Epérã, su lengua materna. Además, pidieron pedagogía sobre temas de género y violencia sexual.
En este espacio también se hicieron acuerdos de articulación con los consejos comunitarios de Parte Baja del río Saija, Parte Alta Sur del río Saija, Renacer Negro, Patía Norte, Negros Unidos, Negros en Acción y Cuerval. “Nosotras, como comunidades étnicas que hemos vivido el conflicto, consideramos importante que haya esa verdad judicial sobre esos hechos que nos tocaron el alma y el ser. Se está abriendo el camino para que podamos hacer aportes a la construcción de paz. Decirle a la JEP que no nos dejen solos, porque los vamos a estar esperando”, expresó Lorena Venté, del consejo comunitario Renacer Negro de Timbiquí.
Pueblos de río y mar
Entre Guapi y Timbiquí hay una hora en lancha rápida, con marea favorable. Para llegar de un municipio a otro, hay que salir por la bocana del río Guapi, alcanzar el Océano Pacífico y entrar en el río Timbiquí. En el recorrido, un paisaje de diversas especies de aves traza líneas sobre el horizonte. El espeso manglar cubre toda la costa, enriquecido por los nutrientes que provienen de la mezcla de las aguas dulces y saladas que convergen en ese punto de la región. Este escenario natural es testigo de la riqueza, pero también del impacto devastador del conflicto en la región
Avanzar en la investigación sobre crímenes contra pueblos y territorios étnicos en esta zona del país implica hablar sobre el manglar y su estrecha relación con los peces y mariscos que buscan refugio en sus raíces y que dan de comer a las comunidades pescadoras y piangueras. Este acercamiento al mangle del pacífico caucano permitió a la JEP escuchar a las víctimas y comprender los daños que produjo la guerra en su dimensión territorial y en las prácticas de vida de la población. En el Caso 09 las comunidades de Guapi y Timbiquí también podrán acreditar a sus territorios como víctimas, si así lo deciden.