El poder de la mente… y de la suerte!

Por Fernando Calderón España

Kiyosaki dice que la pobreza está en la mente.

Tiene razón. Para él, que es millonario, la pobreza salió ya de la mente.

La mente es poderosa, si; para crear, sobre todo.

Si la mente tuviera la fuerza para impedir catástrofes, como la que vivimos, el virus estuviera muerto.

Como orar. Es una buena costumbre, pero si tuviera el poder suficiente, con tanto que se ha orado en estos últimos tiempos, el virus estuviera muerto. Si usted cree que le sirve, siga haciéndolo, simplemente para que quede tranquilo.

Las palabras, como la mente, se convierten en poderosas porque se repiten, las primeras; o porque se transmite la idea de que es poderosa, como la segunda.

La verdad depende de la repetición, en muchos casos. Pasa con la religión.

La mente se usa para dos cosas: para crear (pensar) y para recrear (memoria). Si fuera más poderosa como para “curar”, los científicos del mundo hubieran podido unir sus mentes para crear la cura contra el virus. Pero, no. Así de fácil.

La pobreza, para el caso, solo se combate si hay justicia social y se reparte la riqueza que tiene el planeta. Y si se tiene suerte.

Como la justicia social y la repartición son esquivas al ser humano de siempre, la pobreza va a estar ahí, así se piensen (creen) los modelos socioeconómicos para evadirla. Queda la suerte.

Para un rico, o un nuevo rico, o exitoso personaje, dar fórmulas para combatir la pobreza, desde la comodidad de un hotel o de una mansión, comiendo bien y bebiendo un trago costoso, es fácil.

Los exitosos tienen la costumbre de hablar sobre cómo alcanzaron sus metas, que en muchos casos ni pensaron, en libros, conferencias y entrevistas. Lo hacen para alimentar el ego, mas que para enseñar cómo se llega a donde ellos llegaron. El 99% de quienes los están escuchando, no alcanzará el éxito, así repita exactamente lo que recomiendan los llamados ganadores.

La suerte y una dinámica extraña en la relación seres humanos/entorno hacen que usted alcance un objetivo. Incluso, sin talento.

En mucha ocasiones, si usted no conoce a la persona adecuada en el momento adecuado (Davivienda parte de la persona equivocada en el momento equivocado) su suerte no hubiera sido la misma que está disfrutando.

Una referencia, una llamada, pasarle la hoja de vida a alguien en el momento exacto de esa dinámica es, casi siempre, tener suerte.
Los gurúes de la vida próspera han hecho de sus prédicas una manera para mejor sus vidas, gracias a que, por suerte, hay gente dispuesta a escucharlos.

Y tener una efectiva “carreta” es una suerte.

No me explico cómo un gago y asustado muchacho de un pueblo del sur, que escogió “un medio en donde se vive medio encerrado” todo el tiempo, haya terminado viviendo de hablar frente a un micrófono. Tuve la suerte de conocer a la gente adecuada en el lugar adecuado, y de dejarme llevar por el instinto de conservación que me decía que “a pesar de que se orine en los pantalones, quédese ahí”.

Siempre he pensado que los mejores locutores de la época en mi tierra, se quedaron en la tierra.

Ahora trato de escribir textos, gracias a que he tenido la suerte de estar encerrado. Creo que es el momento adecuado. Suerte!

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