Los rumores sobre la escasez de suministros, ha hecho que el petróleo sobrepase los 80 dólares, mientras que los productores han decidido no aumentar la oferta.
Por Ángel Yosniel | 13/10/2021.
Desde el 2018, el precio del petróleo Brent ha aumentado considerablemente, ahora ronda los 83,88 dólares. Asimismo, el crudo WTI de Nueva York ha tenido un máximo histórico de 81,72 dólares, nunca antes visto desde hace siete años.
Las fuertes demandas globales junto a la escasez de suministros han provocado la inflación de los precios, y un mal inicio de semana en las bolsas europeas. La decisión de la OPEP —Organización de Países Exportadores de Petróleo—, y de grandes productores del crudo en no aumentar la oferta, ha hecho que dicha oferta mundial se encuentre en aprietos; en consecuencia, los precios alcistas se mantienen y seguirán subiendo.
Otro fenómeno que se ha sumado es el alza del gas natural, debido a la recuperación de la demanda en los países del hemisferio norte, incluyendo la escasez de esta misma. Por tal motivo, los consumidores prefieren comprar petróleo en lugar de gas, puesto que el segundo está más caro.
Lo anterior se encuentra relacionado con los rumores, difundidos en los últimos meses, sobre una eventual crisis energética. “Los precios del gas natural son demasiado altos. Existe la probabilidad de que aumente la demanda de productos petrolíferos en sustitución del caro gas natural. Pero nunca antes habíamos experimentado una situación como esta a tal escala. Los precios del gas natural equivalen al doble del precio del petróleo”, dijo el analista de SEB, Bjarne Schieldrop.
Por otro lado, JPMorgan ha realizado un informe en el que no descarta la subida del crudo hasta los 100 dólares. Esto supone un alza del 19% desde el porcentaje actual de subida.
Una de las consecuencias de la subida del petróleo, es el incremento en el valor de la gasolina, así como su incidencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), afectando el bolsillo de los consumidores.