Jorge Gil Ángel, Bogotá, 5 jul (EFE).- Más de 40 años de carrera y un Grammy Latino a “Mejor Álbum de Música Folclórica” acreditan a Orlando ‘el Cholo’ Valderrama como uno de los mayores representantes de la cultura de los Llanos Orientales de Colombia y como el hombre ideal para llevar el hilo conductor de una película sobre esa región.
El cantautor de 68 años detalla durante 83 minutos las costumbres más profundas de los Llanos Orientales, una región de la que hacen parte cuatro de los 32 departamentos de Colombia, en “Jinetes del paraíso”, película que tuvo más de 400 horas de rodaje y se estrenó en línea debido a la pandemia de la COVID-19.
“Yo creo que la película lo fue como eligiendo, no fue exactamente que yo lo buscara”, dice en una entrevista con Efe la directora y productora del largometraje, Talía Osorio, sobre la decisión de elegir como protagonista y narrador a Valderrama.
La cineasta cuenta que “la película lo necesitaba a él” y, a pesar de ya tener el filme ya grabado y editado, decidió incluirlo como narrador por su “forma de hablar” y conocimiento sobre esa cultura rural.
“Él en un verso resume imágenes que nosotros hemos grabado durante todos estos años y podía ser el puente perfecto entre el campesino y la ciudad, porque ha estado en los dos mundos, ha conquistado los dos mundos”, asegura.
REIVINDICAR LA CULTURA LLANERA
Valderrama -de recia voz y verso fácil que han abierto espacios al joropo, como se conoce también a la música llanera, en China, Alemania, Italia y Rusia- también es, en opinión de la directora, la figura perfecta para hablar del mensaje con el que la película busca reivindicar la cultura rural de esa región colombiana.
Esa reflexión, explica, tiene que ver con la forma en que muchas veces desde los contextos urbanos se juzga la visión de vida de los llaneros, marcada por los caballos, la ganadería y el coleo, una arraigada tradición vaquera que se convirtió en deporte y consiste en un duelo en el que jinetes tratan de derribar y voltear reses.
“Él va a tocar ese tema, poco a poco, va siendo una pregunta incómoda (…) para la gente urbana, te va haciendo una serie de preguntas y yo pensaba que nadie más sino él podía plantear esas preguntas”, expresa.
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UN PROYECTO DE 15 AÑOS
El proyecto de “Jinetes del Paraíso”, disponible en las plataformas Mowies y CineplayMAX, comenzó hace 15 años cuando Osorio y su amiga Francisca Reyes estudiaban Antropología en la Universidad de los Andes en Bogotá.
En un principio, la idea era ir a los Llanos Orientales a grabar algo, pero Osorio confiesa que nunca se imaginaron que iban a “terminar haciendo” un proyecto como el que ya está publicado hoy.
“Ella (Reyes) es llanera y había escrito una tesis muy linda sobre el Llano, y yo le dije como ‘oye, esto puede ser una película como Western’ pero ya. Y fuimos y empecé a descubrir que eso era mucho más que un ‘Western’ y que retratarlo era muy difícil por muchas condiciones”, revela.
Y así fue como empezó hace 10 años el rodaje, que la directora calificó como “difícil por muchas condiciones” a la hora de grabar y de producir.
Como ejemplo de ello puso “grabar desde un caballo cuando tu nunca has sido jinete o las temporadas de invierno y de verano”, que “también son muy difíciles para los equipos”, en un mundo que considera que es como visitar “un safari en África”.
“Es un paisaje al que no estamos acostumbrados (…) es como un mar verde que no termina y dentro de ese mar verde hay tigrillos, caimanes, babillas, pirañas y culebras”, asegura.
En este punto agradece la colaboración de la productora colombiana Endémica Studios, cuyo trabajo está enfocado en temáticas ambientales y dio a la película unas “imágenes que son bellísimas” en la que aparecen animales típicos de la región en su hábitat natural.
“Hay otras imágenes que hizo Daniel Triviño, que es el director de fotografía de la película, con drones, como una en la que vuelan muchas garzas encima de la cámara”, manifiesta Osorio y agrega que “quienes deben grabar fauna deben ser expertos por los lentes, los tiempos” en los que tienen que hacer las tomas.
LIBERTAD
La directora, visiblemente emocionada por llevar a las carteleras digitales su película, valora que el Llano ofrece un valor que hoy, en plena pandemia, la humanidad no quiere perder y es el de la libertad.
“Nos habla (la película) de la libertad, de lo salvaje, de los herreros, de lo errante, de lo cimarrón y eso estaba ahí. Es una gran lección en la vida porque cuando uno se siente libre y uno sabe que eso existe se lucha por eso, como los animales allá”, concluye. EFE
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