05/03/2021 – Diana Margarita Guio Guerrero.
Varios estudios sobre las amenazas que están enfrentando los insectos han llegado a la conclusión de que, desde 1990, el cambio en las prácticas agrícolas y el uso de productos químicos para eliminar malas hierbas han disminuido la población de insectos. Pero un nuevo estudio ha llegado a la conclusión de que el cambio climático puede estar teniendo, también, un papel importante en la reducción de las especies de insectos.
A lo largo de los últimos años, los científicos han rastreado disminuciones alarmantes en especies como las abejas, las mariposas monarca y las chinches relámpago; pero no se le ha prestado atención a especies como las polillas, moscas flotantes, escarabajos e innumerables especies que aparecen en los meses cálidos.
Las mariposas no son una excepción, un estudio realizado por Matthew Forister ha encontrado que existe una reducción anual de 1,6% en el número de mariposas individuales observadas durante las últimas cuatro décadas, asociado con el aumento de temperatura durante los meses de otoño.
“Los hallazgos son un llamado de atención, no solo para las mariposas, sino para todos los insectos” comenta Jessica Ware, entomóloga del Museo Estadounidense de Historia Natural “si los seres humanos no tomamos medidas drásticas para frenar el calentamiento global, ecosistemas enteros pueden desaparecer generando incalculables impactos sobre la biodiversidad y la salud humana”.
Para el estudio, Forister, utilizó tres conjuntos de datos diferentes, recopilados por expertos y por científicos comunitarios, lo que le permitió descubrir que las mariposas han disminuido desde los últimos 40 años. Se determinó que 50 especies han disminuido en al menos 2 de los conjuntos de datos utilizados, entres estas, encontramos las especies como la mancha de ajedrez (Euphydryas editha), el patrón rural (Ochlodes agrícola) y el gran cobre (Lycaena xanthoides).
Leslie Ries, ecologista de la Universidad de Georgetown también señala que factores como el clima y el cambio climático juegan un papel muy importante en la determinación del número de mariposas, especialmente, monarcas. Ries señala que la cantidad de mariposas que se dirigen al norte en primavera para reproducirse, un momento muy importante en el crecimiento de las poblaciones, podía ser complicado por las heladas de primavera o tormentas que mataría a una gran cantidad de mariposas creando un efecto dominó.
“Algunas especies pueden desaparecer por completo en las próximas décadas” comenta Forister.
Y es que hasta en áreas protegidas prístinas el número de mariposas se han visto en riesgo, Art Shapiro, un ecologista de insectos de la Universidad de California ha demostrado que en los últimos 35 años las mariposas han estado desapareciendo de estas áreas como en la cordillera de Sierra Nevada en el oeste de Estados Unidos.
Es por esto, que las disminuciones no parecen estar relacionadas con el desarrollo humano o el uso de pesticidas, aunque estas actividades aun pueden afectar las especies de insectos, sino que parece ser que los insectos están desapareciendo también de las áreas protegidas a causa del aumento de temperatura que ocurre en otoño, pues ha aumentado significativamente más que la temperatura del verano durante las últimas décadas.
“El clima más cálido puede interrumpir el ciclo de reproducción de las mariposas o afectar negativamente a las plantas de las que dependen”, concluye Forister.
Esta disminución de especies afectaría la actividad de polinización que es muy importante para que, en los ecosistemas terrestres tanto naturales como en aquellos donde convive el ser humano, las plantas puedan producir cualquier tipo de semilla o fruta y se permita mantener la vida en la tierra.