Por Daniel Eduardo Jiménez Zambrano | 30/03/2021.
Los trastornos por consumo de estupefacientes en personas de la tercera edad son más comunes de lo que se cree debido al envejecimiento veloz de la población mundial.
Según datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), las personas que inician consumiendo drogas en su juventud lo siguen haciendo hasta su vejez, siendo los países con altos ingresos los más propensos en afrontar problemáticas de drogadicción en adultos mayores.
El aumento de cifras se debe a los consumidores de la generación nacida en los años 1946 y 1964, conocida como los “baby-boomers”.
“En 2019 había 703 millones de personas mayores de 65 años y se prevé que la cifra se duplique para 2050, cuando llegará a 1500 millones de personas. En 2050, el 16% de la población mundial total tendrá más de 65 años, lo que corresponde a una de cada seis personas en la Tierra”, señaló una nota publicada por la Organización de las Naciones Unidas.
La JIFE advirtió que los países no se interesan por investigar y hacer frente a la problemática del consumo en personas mayores de 65 años, “los gobiernos no prestan atención a este tema al desarrollar políticas y programas”, situación que dificulta la labor de los organismos internacionales porque no se conocen las cifras exactas de cada país, que permitan diseñar e implementar planes de salud.
El organismo encargado de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas, señala que “en los países latinoamericanos y caribeños, el narcotráfico siguen propiciando corrupción, violencia e inestabilidad social y política en las zonas desfavorecidas del subcontinente”.
Finaliza en que a las drogas sintéticas se le debe tener el mismo rigor que a la lucha contra el narcotráfico, comercialización irregular de la marihuana y otras sustancias condenadas internacionalmente debido a que en Norteamérica, para el año 2020 aumentaron las cifras de tráfico de fentanilo, cocaína y metanfetamina.