(“Que sin necesidad de venir de afuera / ya ha llegado.” Juan Calzadilla.)
Por Jaime Arturo Martínez Salgado
Con mi mano tinta en azul y malva, apunto al rincón donde en la tinaja reposa la voz de dios despertándose a sí mismo.
El contento en el rostro de los niños. Las mujeres que preparan ese revoltillo de huevos que se eternizará descalzo en la memoria y las manos de la abuela que recogen pacientes las migas de la mesa y desarrugan el mantel.
Con mis ojos – que se ven en lo que ven – escribo el congelado ademán, los buenos modales, el llanto del fuete que disciplina, el agua azul que arrastra el desamparo.
Con todos mis sentidos tomo nota del diseño de mi emblema que es el frescor, es decir…el fuego.