Por: Pantallazo.com.co
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón y los trastornos de comportamiento alimentario no especificados, son patologías complejas, con manifestaciones y complicaciones psicológicas y físicas que interfieren en el comportamiento, construyendo un desafío significativo para la salud de miles de personas en todo el mundo.
Según un “estudio de estudios” publicado en 2016 sobre los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) en Latinoamérica, incluyendo datos de Colombia, podemos decir que la prevalencia promedio de esta enfermedad es de 0.1% para Anorexia, 1.16% para Bulimia y 3.5% para el Trastorno por Atracón.
Para Andrea Carolina Suárez Monzón, Psicóloga Especialista Psicología Clínica y Autoeficacia y Magíster en Psicología de Versania Psicosocial ita, este tipo de trastornos TCA se manifiestan o debutan usualmente en la adolescencia, ya que este un periodo crítico en el desarrollo de los humanos a nivel biológico, psicológico y social. Según la Encuesta Nacional de Salud Nutricional de 2010, se documentan conductas de riesgo para TCA en un 6,1% de los en adolescentes encuestados.
“Es importante generar conciencia y visibilizar este tipo de enfermedades ya que su abordaje oportuno asegurará la recuperación y la disminución de secuelas o incluso la probabilidad de morir prematuramente. Además, es clave, sobre todo en las etapas de juventud, cuestionar los estereotipos de belleza, bienestar y salud física y mental que se puedan convertir en factores de riesgo para la aparición de TCA y fomentar factores de protección como adecuada funcionalidad familiar y refuerzo de redes de apoyo”, dicen Diana Carolina Acosta Quevedo y María Paula Villalba Cuadrado, Psiquiatras de la misma institución.
Los signos de alarma más comunes en personas con TCA, según profesionales de Versania Psicosocial ita, son:
- Cambios de peso tanto aumento como perdida, esta última más problemática en adolescentes que deberían aumentar de manera predecible.
- Evitar comidas familiares o con amigos ya que puede indicar omisiones de comidas o consumo excesivo de alimentos en secreto.
- Adoptar rígidamente un plan de comidas o dieta especifica rechazando alimentos o cantidades que antes eran habitualmente consumidos.
- Interés inusual por cocinar o preocupación excesiva sobre la información nutricional y preparación de los alimentos.
- Hallazgos de empaques de comida desocupados o falta de alimentos en la alacena ya que puede sugerir atracones.
- Mayor enfoque en la apariencia física con cambios en su forma de vestir (usar ropa holgada) o evitación de situaciones que impliquen exposición del cuerpo (evitar la piscina o playa en vacaciones).
- Usar el baño inmediatamente después de comer.
- La presencia inusual de medicamentos laxantes o diuréticos no prescritos.
- Aumento de la actividad física en frecuencia e intensidad con respuesta emocional inusual si se interrumpe o no se lleva a cabo.
Las recomendaciones al identificar signos de alarma son:
- Compartir al familiar o ser querido que se han observado cambios que preocupan de una forma descriptiva (basada en hechos) sin juicios ni críticas.
- Ofrecer ayuda considerando la búsqueda de atención profesional.
Cabe resaltar que el apoyo familiar es clave en el tratamiento y recuperación de los TCA. Así, una buena red de apoyo familiar y la participación de estos se asocia a un mejor pronóstico y facilita el abordaje de factores que facilitan y mantienen el TCA.