Jorge Gil Ángel, Bogotá, 24 jun (EFE).- Colombia está a la expectativa de ser elegida como sede del mundial femenino de fútbol de 2023 en una puja contra la candidatura conjunta de Australia y Nueva Zelanda, que fue mejor calificada por la FIFA y no tiene el manto de dudas e incertidumbre que rodean la aspiración del país suramericano.
El objetivo de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y del Gobierno, principalmente del Ministerio del Deporte, es conseguir los votos necesarios en la reunión virtual del Consejo de la FIFA para acoger de nuevo un torneo global, pues el país ya tuvo una experiencia positiva como sede del mundial sub-20 masculino de 2011.
El Consejo de la FIFA se reunirá este jueves de manera telemática y decidirá el anfitrión de la Copa del Mundo femenina de fútbol de 2023 entre las candidaturas de Colombia y la conjunta de Australia y Nueva Zelanda.
La candidatura colombiana también es impulsada por todos los miembros de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que abrazaron las intenciones de Colombia luego de que Brasil se retirara de la puja por la falta de garantías para el desarrollo del evento en el país debido a la pandemia de la COVID-19.
Japón también desistió de su postulación esta semana, aunque la Asociación del Fútbol de Japón (JFA) no ofreció detalles sobre los motivos concretos de la retirada, por lo que solo quedan en carrera las propuestas del país andino y de la dupla oceánica.
Sin embargo, las críticas a la postulación colombiana van desde la falta de una liga femenina robusta hasta la floja calificación que obtuvo el país en la última evaluación de la FIFA, donde apenas obtuvo 2,8 puntos sobre 5, mientras que sus contrincantes obtuvieron 4,1.
En cuanto al torneo local, las quejas comienzan con que hoy la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), que organiza las competencias profesionales, solo ha hablado de la reanudación de la liga masculina, pero no ha hecho mención a la femenina, pese a que el Ministerio del Deporte prevé que se inicie en septiembre.
En esa línea, la incertidumbre es total para las futbolistas, la mayoría de quienes ni siquiera tienen contrato firmado y hoy se entrenan de forma virtual con sus clubes para mantenerse bien físicamente y a la espera de decisiones de fondo sobre su futuro.
El informe técnico de la FIFA, entre tanto, dejó muy mal parada la propuesta colombiana y señaló varios puntos que supondrían un lastre para la realización del torneo en el país.
Uno de ellos fue el de la calificación de los 10 escenarios propuestos por Colombia para el Mundial, de los cuales incluso hay uno, el de Cartagena de Indias, que ni siquiera cumple con los requisitos mínimos del ente que rige el fútbol en el planeta.
El estadio mejor calificado fue el Hernán Ramírez Villegas, de Pereira, que recibió una puntuación de 2,9, mientras que El Campín de Bogotá, donde se prevé realizar el partido inaugural y la final, ocupó el penúltimo lugar entre los 10, con 2,2 puntos sobre 5.
La FIFA también manifestó que Colombia, en comparación con Australia y Nueva Zelanda, tiene mayores dificultades para garantizar la seguridad y a ello sumó que el Gobierno no presentó garantías para solventar esto.
Como respuesta al duro informe, los presidentes de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y de la FCF, Ramón Jesurún, enviaron una carta a la FIFA en la que critican sus conclusiones por considerar que son erróneas.
Sobre el tema de seguridad, manifestaron que el informe no toma estadísticas ni datos oficiales y que se trata de una “afirmación dolorosa” que se apoya “en arraigados prejuicios que desconocen los procesos de paz, que ya llevan muchos años, avalados por múltiples organismos internacionales”.
También aprovecharon para destacar las razones por las cuáles consideran que el país está preparado para acoger el torneo y, entre ellas, pusieron el hecho de que Colombia organizó, además del Mundial Sub-20, el Mundial de Futsal de 2016, el Preolímpico Sudamericano sub-23 de 2020 y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2018 en Barranquilla.
De igual forma, Jesurún y Domínguez resaltaron que el país andino está “ubicado en el mejor lugar posible -por proximidad geográfica y por huso horario- para la comercialización del evento en los principales mercados: EEUU, Brasil, Europa y África”.
Algunas de las principales referentes del fútbol femenino en Colombia, como la defensora Natalia Gaitán y la centrocampista Isabella Echeverri, han impulsado la candidatura y amplificado en sus redes sociales el mensaje de que esta es una gran oportunidad para impulsar la liga en el país.
“El fútbol femenino en Colombia necesita trabajo, dedicación y esfuerzo para poder desarrollarse. El mundial puede ser la oportunidad ideal para cambiar y mejorar la realidad que están viviendo miles de futbolistas en el país”, dijo Gaitán, que jugó en el Valencia CF entre septiembre de 2015 y este año y es capitana de la selección.
Por su parte, Echeverri, que hoy juega en el Sevilla, aseguró: “Yo creo que Colombia sí esta lista: lista para conocer a sus mujeres futbolistas, lista para llenar estadios como en aquel Sudamericano de Bucaramanga, lista para que las niñas no sueñen con ser como James (Rodríguez) sino como Leicy Santos (delantera del Atlético de Madrid)”. EFE
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