(de pantallazosnoticias.com.co)
Textos y fotos: Agencia de Noticias UN
Considerando solo frutas y vegetales, los desechos agroindustriales en Colombia constituyen cerca del 55 % de toda la producción. Generalmente se tratan como desperdicios y se depositan en ríos, quebradas o suelos para que se degraden, lo que genera un alto grado de contaminación ambiental.
En el caso del chontaduro, por cada tonelada producida se genera media tonelada de residuos, por lo que investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales trabajan en un proceso para utilizar esos desperdicios en el desarrollo de concentrado para cerdos.
El proyecto, que forma parte de la línea de investigación de agro industrialización de productos alimentarios, consiste en recolectar los residuos de la cáscara de chontaduro y hacer su caracterización fisicoquímica con el fin de determinar el contenido de elementos como carbón y nitrógeno, y su porcentaje de humedad.
Después se buscan las condiciones óptimas para realizar la densificación mediante una peletizadora, máquina que produce pequeños cilindros conocidos como pellets, parecidos a los de madera que se utilizan en construcción.
EL PROCESO
“Durante el proceso de densificación, los pellets se someten a una presión muy alta, lo cual hace que la lignina (componente presente en este tipo de residuos) se transforme y los envuelva como un recubrimiento plástico; esta “envoltura” natural facilita almacenarlos y transportarlos”, explicó María Martínez Guardia, zootecnista de la UNAL Sede Manizales.
“El objetivo del proyecto es tratar de resolver dos problemáticas simultáneamente: por un lado, lograr el aprovechamiento de la gran cantidad de residuos que se generan cada año para mitigar el problema de la contaminación, y por el otro producir una fuente energética saludable con esos desperdicios”, agregó.
Enfatizó además en que los pellets se elaboran a partir de residuos orgánicos que no tienen ningún uso, como en el caso del maíz, por ejemplo, que los residuos derivados de su cosecha se pueden emplear como alimento para el ganado; pero la cáscara de chontaduro no afecta la seguridad alimentaria. Así mismo, según el Instituto Nacional Agropecuario (ICA) este cultivo se cataloga como uno de los de mayor producción en el país.
LOS RESULTADOS
El proyecto se encuentra hoy en fase de laboratorio, en el que trabajan con una peletizadora que procesa entre 50 y 100 kg de residuos al día.
Por cada 100 kilos de residuos se obtiene una producción de 90 kilos de pellets, es decir que el proceso tiene un rendimiento del 90 %. El poder calorífico de los pellets desarrollados por la UNAL Sede Manizales puede llegar hasta las 4.600 kilocalorías por kilo. Por otra parte, los análisis de digestibilidad in vitro indicaron que las cáscaras tienen una digestibilidad del 70 %.
La exploración y valoración nutritiva de nuevas fuentes alimenticias para las granjas porcinas se debe a la baja competitividad de esta cadena, generada por el alto costo de los cereales y fuentes de proteína para elaborar las dietas.
Según la Asociación Colombiana de Porcicultores, los costos del rubro alimentación corresponden al 75,63 % de los costos totales de producción.
“En ese sentido, las explotaciones porcinas pequeñas y poco tecnificadas no pueden acceder a dietas balanceadas importadas y costosas, lo que las lleva a usar subproductos, recursos vegetales o productos para consumo humano como alternativa para sustituir el alimento convencional, reducir los altos costos de alimentación e incrementar la productividad y eficiencia del sistema”.