Por Fernando José Calderón España.
Doctor Rodrigo Lara, usted está usando una retórica doble. Se muestra conciliador y abierto a todas las ideas y de la mitad del discurso para adelante se refiere a un relato de odio que, según usted, propone e instiga la izquierda. Se le olvida que esa narrativa de odio fue clave para que la derecha extrema se tomara el poder en Colombia, cuando nos dividió en malos y buenos.
El odio de clases y el resentimiento colectivo, doctor Lara, con respeto, ya es un fantasma del pasado.
Usted y yo, que somos de la clase trabajadora y obrera (comúnmente llamada baja) sabemos que el odio entre los colombianos reposa hoy en el sarcófago del olvido.
Es una nostalgia de quienes anhelan que regrese el aciago tiempo de la violencia política.
Acaba de pasar un carnaval de Barranquilla y viene el Festival del Bambuco, constancias culturales de que el odio ya no existe ni en las canciones.
Hace poco un candidato, Oscar Iván Zuluaga, fracasó en su oferta política que centró en tirarle piedras al acuerdo de paz y en hablar del odio. Y fracasó por eso. Hoy la gente está mejor informada y sabe que el acuerdo es un cuerpo jurídico constitucional que respalda el mundo y el odio, una espuma viajera.
Así, pues, que como colombiano, no lo veo a usted, doctor Lara, agitando y batiendo banderas que nunca ha pensando, siquiera, en sacudir debido a su procedencia, a su lucha por salir adelante como lo ha hecho, a su decencia y a su conducta intachable que destaco y siempre he ponderado.
Usted es un profesional honesto con la sociedad y consigo mismo.
Cuando lo escucho hablar así, me causa una enorme extrañeza, además, porque sé que usted es hombre de fe cristiana, que yo no tengo en sumo grado.
Me gustaría oírlo, mejor, buscando esa reconciliación de la que usted habla cuando en su discurso hace la transición del conciliador al peleador.
Y, también, en el caso del Huila, ofreciendo una salida a la pobreza del departamento y a la desidia de los gobiernos que llenó las carreteras del legendario y sistemático abandono del poder central.
Qué bueno que usted llegue a ser Vicepresidente para que, en vez de hablar del supuesto odio de los contradictores, promueva el afecto por nuestra tierra y sus nativos, esa que se deja llevar miles de votos para foráneos, así sea un acto legítimo y válido en la consecución del favor popular.
Que bueno que nos hable de la manera como impulsaría el turismo y una agricultura industrial en nuestro departamento que nos convierta, en lo que nos han prometido hace décadas, en un emporio de alimentos y derivados; y en destino de ciencia y paz, que es lo que uno siente cuando ve el Lavapatas.
En fin, quería decirle eso, como humilde miembro de la sociedad colombiana, huilense exiliado voluntariamente, y quien nunca ha sentido vergüenza de la clase baja en la que nació.
Con respeto, Fernando Calderón España.
Quise decir “marco”.
El sr. España se le nota por encima el uribismo. Tratando a el medico como un hombre integro, cuando fue lo contrario en su alcaldia. Lastimosamente los entes como contraloria, fiscalia y procuraduria son manejados por el uribismo. De lo contrario Uribe, Fico, Lara y muchos otros corruptos deberian estar en la carcel. Y periodistas como Usted y otros tantos amangualados con este gobierno ser rechazados por los colombianos y en especial por los huilenses y garzoneños.
Creo que leyó mal. Desde el comienzo le reclamo a Lara que usa “una retórica doble”. Allí marcó la línea del texto.
Sobre el rechazo a mi, en Garzón, puede comenzar la campaña. No creo que tenga éxito. Saludos paisano y gracias por comentar.