Brasilia, 25 ago (EFE).- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, presentó este martes un nuevo programa de construcción de viviendas populares, mediante el cual se aspira a beneficiar a cerca de 1,6 millones de familias en los próximos dos años.
Con esta iniciativa, que altera algunos aspectos y da continuidad a un programa en vigor desde 2009, el Gobierno también se propone regularizar unas 12 millones de viviendas cuyos propietarios aún no poseen el correspondiente título.
“El balón ahora está con el Parlamento”, que deberá aprobar esta iniciativa, dijo Bolsonaro en un breve pronunciamiento, en el cual recordó que cuando era adolescente su familia no tenía casa propia y tuvo que mudarse “hasta tres veces por no poder pagar el alquiler”.
El nuevo plan de vivienda, basado en los impulsados durante los Gobiernos del progresista Partido de los Trabajadores (PT), fue detallado por el ministro de Desarrollo Regional, Rogerio Marinho, quien subrayó que uno de sus factores más importantes será la tasa de interés, que se ubicará en un 4 % anual.
Marinho subrayó que será la tasa “más baja de la historia” para planes de este tipo y que eso será posible gracias a la política de bajos intereses promovida por el Banco Central, que ha llevado la tasa de referencia oficial a un mínimo histórico del 2 % anual.
Según el ministro, el plan estará volcado fundamentalmente a las regiones norte y nordeste, las más empobrecidas del país y en las que se concentra la mayor parte de un déficit de “vivienda digna” calculado en el país en casi ocho millones de residencias.
En la financiación participarán tanto el sector público como el privado, mediante créditos que podrían llegar a un total de 25.000 millones de reales (4.500 millones de dólares) para unas obras que generarían en torno a dos millones de empleos directos en dos años, según Marinho.
El presidente de la Federación Brasileña de Bancos, Isaac Sidney, participó en el acto, garantizó el apoyo del sector privado a este nuevo programa y destacó el papel que puede tener en la recuperación de la economía de Brasil una vez que pase la pandemia de COVID-19, que ya deja 115.000 muertes y 3,6 millones de casos en el país.
Sidney citó estudios que dan por superada “la fase más grave” de la crisis económica provocada por la pandemia y que ya han revisado las previsiones de caída del Producto Interior Bruto (PIB) para este año, que fueron inicialmente cercanas al 10 % y se sitúan ahora en torno al 5 %.
“La construcción civil es importantísima para la retomada de la economía”, dijo Sidney, quien subrayó el potencial de ese sector en la creación de empleos y la generación de inversiones y crédito.
A su turno, el presidente de la estatal Caixa Económica Federal, Pedro Guimaraes, reconoció que el nuevo programa de viviendas es una versión “mejorada” del plan Mi Casa, Mi Vida, lanzado en 2009 por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, gran antagonista de Bolsonaro y quien gobernaba en la época.
“La misión de un Gobierno es mejorar lo que existe”, declaró el presidente de la Caixa, quien subrayó el “deber” de la banca pública es de “financiar a quien más lo precisa”. EFE
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