
Por Fernando Calderón España.
La amistad es irrompible cuando se logra una fusión sólida entre la envidia tolerada y recíproca, la aceptación obligada del otro, el interés social, la apariencia exitosa y la generosidad impuesta.
Cuando todo eso se acaba, la amistad languidece y tiende a fenecer.
No es como el amor.
Si en la amistad hay un solo soplo de amor, perdura.
Las comunidades que se aman, no mueren: Gitanos, judíos, aborígenes, son la prueba.
Las otras se mezclan, porque tienden a esconder su debilidad de no ser capaz de amar a sus propios miembros.
Por eso, la amistad se logra elocuente con el hermano. O con el que ha jurado ser hermano, sin llevar la misma sangre… en un alto porcentaje.