Abuelas chilenas en Internet, “influencers” a la tercera edad

CH01. SANTIAGO (CHILE), 12/08/2020.- María Saavedra, de 90 años, posa junto a sus plantas, las cuales saldrán a la venta a través de la plataforma digital Instagram ayer martes, en Santiago (Chile). María tiene 90 años y María Angélica 84, viven en Santiago de Chile y comparten un pasatiempo y un logro: cada una cuenta con un perfil en redes sociales que miles de personas siguen a diario. EFE/ Elvis González

 

María José Campano Abásolo, Santiago de Chile, 12 ago (EFE).- María tiene 90 años y María Angélica 84, viven en Santiago de Chile y comparten un pasatiempo y un logro: cada una cuenta con un perfil en redes sociales que miles de personas siguen a diario.

Una vende plantas por Instagram y asesora sobre su cuidado, la otra agita Twitter con sus opiniones políticas y ambas se han convertido en verdaderas influencers a la tercera edad.

En Internet encontraron una nueva dimensión para sus aficiones o un altavoz para sus opiniones, y entraron en conexión con miles de personas, algo que, de paso, les está haciendo más llevadero este tiempo de cuarentenas dada la pandemia de COVID-19.

 

LA HUERTA VIRTUAL
Hace poco más de un mes que María tiene un emprendimiento en Instagram, @huertalayeya, página a través de la cual vende plantas a pedido y ayuda a sus clientes con su cuidado. Actualmente cuenta con más de 57.000 seguidores.

Oriunda de la sureña ciudad de Valdivia, Yeya, como le dicen a María en su familia, estaba acostumbrada a usar sus manos para cocinar y hacer manualidades. Sin embargo, por problemas en la vista tuvo que dejar las artesanías y la cocina, pero las plantas quedaron.

“Uno cuando siempre hace algo no puede estar sin hacer nada. Yo soy inquieta, a pesar de mi edad quiero hacer muchas cosas”, asumió María en declaraciones a Efe.

Cuando la veterana se mudó a la casa de una de sus hijas, su nieta tuvo la idea de crearle un perfil en la red social para que María cuidara de plantas que luego pudiera vender mediante la plataforma.

Ella no sabe usar teléfonos inteligentes o computadoras, es su nieta quien le ayuda a navegar por Internet y a difundir su emprendimiento por redes sociales.

“Ahí yo llené ese huequito que me había quedado vacío. A los 90 años uno no sabe qué hacer. Yo quiero hacer muchas cosas a esta edad, muchas cosas todavía”, contó María, que cree que la receta de su éxito es que no sólo muestra sus plantas sino que también le dice a la gente cómo cuidarlas.

 

UNA ABUELA POLÍTICA
La relación de María Angélica con las redes sociales es de mayor data: en 2010 creó el usuario de Twitter @abuelitatecno, perfil que tiene cerca de 7.000 seguidores y desde donde da a conocer su opinión sobre variados temas de contingencia nacional.

“Para mí es un regalo de Dios poder disfrutar de todo lo que es la tecnología. La encuentro maravillosa”, dijo a Efe.

Al igual que Yeya, María Angélica se acercó a las redes sociales gracias a su nieta.

“Ella me metió en eso (Twitter), me enseñó. Como a mí me gusta mucho la política, empecé a tuitear y a tuitear y a criticar y a hablar las cosas que me gustan o no me gustan”, resumió María Angélica.

Contó que el proceso no le tomó mucho tiempo y que en general no tiene problemas con el uso de tecnología.

“Fue todo súper fácil. Tengo dos nietas muy tecnológicas. Ellas me enseñan todo: me puedo meter a lo que sea”, afirmó orgullosa.

María Angélica, quien se autodefine como cercana a la centro derecha, dice que le gusta comentar de política e historia y que no tiene reparos en responder tanto a políticos o al mismo Gobierno, como a otros cibernautas.

CH01. SANTIAGO (CHILE), 12/08/2020.- María Saavedra, de 90 años, revisa sus notificaciones en la plataforma digital Instagram ayer martes, en Santiago (Chile). María tiene 90 años y María Angélica 84, viven en Santiago de Chile y comparten un pasatiempo y un logro: cada una cuenta con un perfil en redes sociales que miles de personas siguen a diario. EFE/ Elvis González

 

INTERACTUANDO A LA DISTANCIA
María era una habitual en talleres y cursos de diversas disciplinas y le encantaba socializar, pero con la llegada del coronavirus esas aficiones quedaron atrás.

A pesar del confinamiento, con la llegada de su página en Instagram y de decenas de miles de seguidores, María se siente revitalizada.

“Me pongo tan feliz porque (mis seguidores) me dan energía. Ellos me dan vida a mí y yo les doy vida a ellos”, afirmó Yeya.

“A veces me llaman personas que están tristes. A veces me dicen ‘cánteme un bolerito’. Y a mí de repente se me olvidan las letras y le canto un poquitito, pero le canto”, dijo alegre.

 

TECNOLOGÍA FRENTE A LAS CUARENTENAS
Residiendo en el sector oriente de Santiago, María Angélica vive en un barrio que se encuentra en proceso de desconfinamiento y ahora tiene permitido salir a pasear por una hora al día, aunque ella prefiere no hacerlo “hasta que haya una vacuna”.

Se mantiene ocupada con la tecnología y cuando no está en Twitter está en Facebook o viendo series y películas por las plataformas de streaming.

“Todo el manejo de Twitter creo que lo hago bien. Empecé de a poquitos seguidores, y de repente empezaron 100, al otro día hay 200, 250 y empezaron a subir los seguidores”, relató María Angélica sobre su ascenso en la red social.

No obstante, también se ha visto enfrentada con otras personalidades en la arena virtual.

“Este niño Boric (el diputado de oposición Gabriel Boric), de repente yo le dije algunas cosas, lo critiqué y qué sé yo y ¡Pum! me bloqueó rapidito. De repente me bloquean, no creas tú que no”, recordó María Angélica, a modo de anécdota.

La tuitera octogenaria sostiene que también ha tenido que bloquear usuarios.

“De repente son muy groseros. La grosería no, ahí los corto de frentón. Porque notan en mí cierta tendencia (política), que la tengo, no la voy a negar, pero ahí insultan firme”, lamentó, diciendo que le gustaría debatir opiniones y no rebatir insultos.

 

CONSEJOS GENERACIONALES
Si bien María y María Angélica no se conocen, comparten una creencia: ya sea por redes sociales o no, los adultos mayores tienen mucho que aportar.

“Antes de que vayan a botar al anciano, pregúntenle qué quiere hacer. Si quiere escribir, hacer poesía, crear algo en madera. No quitarles lo que les queda, porque a uno siempre le queda algo”, aconsejó Yeya.

Por su parte, María Angélica dijo que la gente de su edad “ha vivido todo lo bueno y lo malo del país y sabe mucho”, y mostró su deseo de que la visión de la actual tercera edad sea más difundida y escuchada. EFE
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