Dacca, 6 ago (EFE).- Al menos 145 personas han muerto y más de 5 millones se han visto afectadas por las inundaciones del monzón que mantienen la mitad de Bangladesh inundado desde principios de julio, lo que aumenta el riesgo de causar brotes de enfermedades mortales y amenaza con empeorar la situación de la COVID-19, alertó este jueves un grupo humanitario.
El portavoz de la Sala de Control de Operaciones de Emergencia Sanitaria, Ayesha Akther, indicó a Efe que al menos 145 personas han muerto en Bangladesh en incidentes relacionados con las inundaciones desde el pasado 30 de junio.
«Estas son las inundaciones más largas que hemos visto en años, pero el agua ya ha comenzado a retroceder en muchos distritos y nos estamos preparando para la respuesta después de la inundación», dijo a Efe Tasmin Ara Ajimiri, responsable del Centro Nacional de Coordinación de Respuesta a Desastres.
Según los últimos datos del Ministerio de Gestión de Desastres, 33 de los 64 distritos del país han sufrido los efectos de las inundaciones monzónicas y 5,5 millones de personas se han visto afectadas.
MAYOR RIESGO DE EPIDEMIAS
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) alertó este jueves en un comunicado de que esta situación conlleva un riesgo de que surjan brotes de enfermedades mortales y un empeoramiento de la pandemia de coronavirus en el país y en la región surasiática.
«Esta es una de las mayores inundaciones del monzón que hemos enfrentado en muchos años y lo peor aún está por venir», dijo Feroz Salah Uddin, secretario general de la Media Luna Roja de Bangladesh, citado en el comunicado.
«Nos enfrentamos a un riesgo creciente de malaria, dengue, diarreas, así como el empeoramiento de la pandemia de Covid-19», insistió.
Situada en el delta del Ganges a poca altura sobre el nivel del mar y con una quinta parte de su territorio cubierta por ríos, Bangladesh es azotado cada año entre junio y septiembre por inundaciones y lluvias monzónicas, al igual que la vecina India y el cercano Nepal.
En ese último, las inundaciones y los corrimientos de tierras han dejado desde junio casi 200 personas muertas o desaparecidas y en la India casi 12 millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones principalmente en los estados septentrionales de Assam y Bihar, según la FICR.
La Federación calcula que en toda la región han muerto 630 personas en eventos relacionados con el monzón y 17,5 millones se han visto afectadas por unas inundaciones estacionales que hacen al sur de Asia vulnerable ante brotes de enfermedades como el dengue, la malaria o el cólera.
La FICR agregó que las restricciones impuestas para frenar la expansión del coronavirus han obstaculizado los esfuerzos para destruir los criaderos de mosquitos y concienciar sobre cómo prevenir la propagación del dengue y la malaria.
«Millones de personas están reunidas en espacios confinados o duermen en refugios temporales con acceso limitado a alimentos, agua potable y protección contra los mosquitos», dijo Abhishek Rimal, Coordinador de Salud de Asia Pacífico de la FICR.
Alertó además de que con la mayor parte de los recursos sanitarios destinados a la pandemia, los posibles brotes de esas enfermedades podrían no recibir la atención necesaria, así como empeorar la situación respecto al coronavirus.
«El sur de Asia tiene ahora más de 2,2 millones de casos de COVID-19 y se teme que el número total de infecciones sea mucho mayor», dijo Rimal citado en el comunicado.
«Estamos viendo evidencias de que las personas son reacias a ir a los centros de salud porque temen contagiarse de la COVID-19 y enfermarse», indicó Rimal.
La India es el tercer país del mundo más afectado por la pandemia con más de 1,9 millones de casos y 40.699 fallecidos, mientras que Bangladesh roza los 250.000 casos positivos y 3.306 muertes. EFE
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