Por Fernando Calderón España
El gobierno está jugando con candela.
El exceso de comunicación desde el gobierno central ha producido un exceso de confusión.
Desde los anunciados achatamientos de curvas hasta el mal uso de términos como “mitigación” han creado un estado sicológico de los colombianos, proclive al relajamiento de las medidas de bioseguridad.
Incentivar el espíritu de “comprador compulsivo y cacharrero” del colombiano sin tener en la cuenta que esto produciría la mejor amiga del virus, la aglomeración, fue un desacierto cuya sospecha de fatalidad se podría concretar en 7 o 14 días. Hago fuerza para que esto no ocurra.
Tirarle la pelota a los alcaldes y gobernadores, después de que fueron apabullados por el grito de “aquí mando yo” es una elusión de responsabilidades. El liderazgo que se reclamó debe ser mantenido. De lo contrario ninguna millonada mejora la imagen.
Ponerse del lado del PIB es apartarse del factor humano.
El balance de la gobernanza es gris.