Panamá, 6 jun (EFE).- “Al principio la gente pensaba que eramos unos vándalos y que no teníamos nada que hacer”, confiesa a EFE el panameño Jonathan López mientras descansa en medio de unas prácticas de saltos mortales típicos del parkour, una disciplina que, asegura, es más que saltos.
De contextura atlética y 20 años de edad, este joven y un grupo de compañeros regresaron este sábado a su rutina tras casi dos meses de no poder hacerlo por la cuarentena total impuesta por las autoridades de Panamá dada la pandemia del COVID-19.
“Poco a poco” la gente de este país centroamericano ha ido entendiendo esta disciplina, originaria de Francia y caracterizada por acrobacias que a veces parecen imposibles. Ya no hay una película de acción que no tenga escenas de estos acróbatas sorteando todo tipo de obstáculos en una persecución.
“Ahora los policías solo nos dicen si podemos entrenar en el lugar y cuanto tiempo, pero no es como antes que nos sacaban de los lugares”, comentó López, que estudia para ser paramédico.
El parkour llegó a Panamá en el 2009 y se ha convertido en un estilo de vida para este grupo de jóvenes que se hacen llamar Team Impulso de Parkour, que ve en esta disciplina una filosofía para superar cualquier estorbo.
“Si en nuestro camino hay un obstáculo tenemos que pasarlo. Todo es cuestión de superar miedos y superar obstáculos”, manifestó López.
Y hay un ingrediente que atrae de esta práctica: la adrenalina, que se disparó en este grupo de chicos en un edificio abandonado en el que hacían mortales “de un punto a otro punto, pero en el medio de los dos había un precipicio”, recordó López al ser preguntado sobre alguna experiencia extrema.
“Parcours” significa curso o recorrido en francés, y el parkour nace de la clásica pista de obstáculos utilizada en los entrenamientos militares y propuesta por el oficial de marina e instructor de educación física francés, Georges Hébert.
La disciplina es difícil, reconoce López, que sin embargo le encuentra una gran ventaja: es la actividad física más barata pues “solo necesitas unas buenas zapatilla y ya”.
DE VUELTA A LA PRÁCTICA TRAS EL “TRISTE” ENCIERRO POR EL COVID-19
Este sábado en un sector de la Cinta Costera, el impresionante paseo marítimo de la capital de Panamá, ocho de los 10 integrantes del Team Impulso se congregaron para practicar. Todos llevaban sus mascarillas, usaban alcohol para las manos y se saludaron manteniendo la distancia.
“Nosotros necesitamos espacios para hacer nuestros movimientos y con el encierro perdimos esa libertad a la que estábamos acostumbrados”, comentó López, que tildó de “triste” la cuarentena estricta que estuvo vigente en panamá desde el 25 de marzo hasta el pasado 31 de mayo.
Con música hip-hop que sonaba en un equipo de sonido, López explicó que el objetivo este sábado era reunirse “estirar algo, estamos oxidados por el tiempo de paro”. En total completaron un par horas de entrenamiento.
Muchos de los que trotaban en el lugar se detuvieron a ver las acrobacias de estos muchachos, lo mismo que los agentes de la fuerza pública que tiene un punto de control cercano al lugar.
El parkour “es desplazamiento, es agilidad. Los saltos son solo adornos”, remarcó el joven panameño.
“Seguiremos en esto como equipo por mucho tiempo (…) por mi parte espero continuar en el parkour hasta que mi columna no dé más!”, exclamó López. EFE
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