POR: REPORTEROS ASOCIADOS DEL MUNDO
Un total hermetismo se mantiene hoy en torno a las negociaciones que realizan líderes de la guerrilla Ejército Nacional de Liberación (ELN) y el Gobierno de Colombia en la Ciudad de México.
La única información que salió al éter fue un escueto mensaje por la red X del ELN en el cual solamente dio cuenta de que su delegación había llegado ayer jueves a la capital mexicana dispuesta a iniciar su V ciclo de conversaciones de la Mesa de Diálogos con el gobierno colombiano.
De la parte mexicana tampoco han trascendido noticias de las negociaciones y los canales de información de la Secretaría de Relaciones Exteriores ni siquiera se hicieron eco del mensaje del ELN anunciando su presencia en esta capital, lo que indica un alto secretismo del encuentro.
En teoría la reunión debió de realizarse ayer mismo, pero no se dieron a conocer detalles por ninguna de las dos partes, ni se convocó a la prensa como tradicionalmente se hace en estos casos.
Como la comunicación por X del ELN especificaba que su presencia era para “iniciar el quinto ciclo de negociaciones con el Gobierno colombiano”, se especula que no se trate de un solo día de reunión, sino que las negociaciones se extiendan y que tal vez en el curso de esta jornada trasciendan algunos detalles.
Al menos, el tema básico de las negociaciones es público pues en un comunicado de la semana pasada, la delegación de paz del Gobierno anunció que a partir de ayer se reunirían los representantes de ambos equipos.
El objetivo es, aclaró, dedicar su esfuerzo a «superar la crisis por la que atraviesa actualmente el proceso de diálogos generada por el secuestro del señor Luis Manuel Díaz», padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz.
El gobierno de Colombia cifra en 32 personas las secuestradas este año por parte del ELN, según su criterio, con fines extorsivos y al menos cuatro de ellas continúan en manos de esa guerrilla.
Pero el ELN respondió en sendas cartas publicadas esta semana que la mesa de negociaciones vive un momento «crítico» que «impacta la implementación de los acuerdos parcialmente suscritos hasta ahora, así como el desarrollo de la agenda de negociaciones».
Es el argumento para justificar el aplazamiento en varias ocasiones del inicio de este quinto ciclo de conversación en México.