PINTURA DE ÉLITE

Por: Jairo Ruiz C.

Todos los medios de comunicación, y no solo los de Colombia, han dedicado espacios al maestro Fernando Botero, y con razón.

Esa por eso que, después de varios meses, quiero compartir una teoría sobre la pintura:

La pintura es como una caja fuerte, ¡pero al revés!

Me explico:

La pintura a lo largo de los siglos, fue un arte exclusivo de las clases dominantes, siempre estuvo en los templos y en los palacios, salvo en la prehistoria, con los dibujos encontrados en las cavernas y pirámides, y en el siglo pasado cuando David Alfaro Siqueiros (1896-1974), Diego Rivera (1886-1957) y José Clemente Orozco desde México impulsaron el muralismo como movimiento revolucionario para convertir a la pintura en un arte para las masas, muralismo que, en Colombia, es muy discutible.

Pero volvamos a la teoría de la pintura como arte elitista que excluye las “masas populares”. Por eso las mejores obras de arte siempre se encuentras en los palacios, iglesias, museos y residencias de multimillonarios y, como si fuera poco, cuando se trata de retratos el modelo se viste con sus mejores galas o en compañía del caballo, perro animal o cosa que más aprecia en una evidente demostración de riqueza y poderío.

Porque ser dueño de obras de arte, poderlas exhibir, es demostrar al mundo que se es rico y poderoso.

Las personas guardan en cajas fuertes sus dineros, alhajas y títulos de valor, pero cuelgan en sus paredes su declaración de riqueza y poderío.

¿Qué tiene esto que ver con el maestro Fernando Botero?

Quienes lo conocieron coinciden en que tenía un gran sentido del valor de sus cuadros, que sabía cómo venderlos.

Porque esas figuras de formas generosas, de grandes volúmenes tienen en común que comunican opulencia. y eso satisface la vanidad de los compradores

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