Sídney (Australia), 29 may (EFE).- Un Tribunal de Australia dio este vienes permiso a la historiadora Jenny Hocking para acceder a las cartas que la reina Isabel II envió a su representante en Australia durante la destitución en 1975 del primer ministro Gough Whitlam tras una profunda crisis política.
La apertura de las 211 misivas conocidas como las “Cartas del Palacio”, intercambiadas entre la reina Isabel II y el entonces gobernador general John Kerr, permitirá conocer cuánto sabía la monarca, quien es Jefe de Estado de Australia, sobre la mayor crisis constitucional que vivió el país.
Las misivas debían estar a disposición del público hace doce años pero como estaban marcadas como correspondencia “personal y confidencial” en lugar de “Registros del Estado” por lo que no estaban sujetas a las regulaciones que rigen a los documentos oficiales.
En su fallo, los magistrados indicaron hoy que si bien la correspondencia “alguna vez fue confidencial ya no lo es porque una persona que envía una comunicación a un funcionario público, relativa a un asunto público, no puede hacer que su comunicación sea privada y confidencial simplemente etiquetándola como tal”.
Estas cartas, así como telegramas y otros recortes de periódicos que abarcan el período entre el 15 de agosto de 1974 y el 5 de diciembre de 1977 habían sido entregados al Archivo Nacional de Australia en 1978 cuando Kerr dejó el cargo.
LA MAYOR CRISIS POLÍTICA DE AUSTRALIA
La mayor crisis constitucional de Australia se dio el 11 de noviembre de 1975 cuando el representante de la reina Isabel II destituyó al primer ministro Whitlam bajo el argumento de que no renunció o convocó a elecciones tras no lograr el apoyo parlamentario para aprobar leyes presupuestarias.
Tras la remoción de Whitlam, el único mandatario destituido en Australia, Kerr designó como primer ministro interino al entonces líder de la oposición, el liberal Malcom Fraser, quien después ganó en las elecciones de ese año.
El día de su destitución Whitlam presuntamente iba a informar al Parlamento sobre la presencia secreta de la CIA estadounidense en Australia cuando fue destituido por Kerr, quien tenía fuertes lazos con la Inteligencia anglo-australiana, según el periodista australiano John Pilger, quien investigó estos hechos.
De acuerdo al libro de Pilger “Un país secreto” (A Secret Country), un día antes de su destitución se le mostró a Whitlan un mensaje de Theodore Shakley, jefe de la CIA en el Sudeste Asiático y quien participó en 1973 en el golpe del presidente chileno Salvador Allende, en el que decía que el mandatario laborista era un riesgo a la seguridad de su país. EFE
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